Introducción
al pensamiento y a la vida universitaria
Colección
Pre-Universitaria. Editorial de la Universidad Católica Argentina (EDUCA) 2015.
Resumen
realizado por los alumnos de Filosofía y Antropología de Letras 2019.
Capítulo 1: La vida universitaria
El rito del paso: El inicio de la vida universitaria comienza con dar 1 paso, el del
colegio secundaria a la Universidad. Ese paso se define como un rito de 3
etapas:
- Extrañeza: Separación de las costumbres y del modo de vida anteriores. Se produce
cuando se abandona el colegio y la rutina que se desarrollaba para entrar
en la Universidad; para hacer algo diferente, una carrera, con gente
diferente.
- Aprendizaje: Adaptación; se comienzan a comprender las nuevas costumbres que son
necesarias para el desarrollo de la vida universitaria.
- Afiliación: La persona se convierte en estudiante universitario porque se ha
hecho propia esa nueva forma de vida con costumbres diferentes y siente
que la Universidad ya es parte de su vida.
Al pasar estas etapas, uno se convierte en un
estudiante universitario. Para lograr esto:
© Cursos de ingreso.
© Tutorías.
© Trabajo personal por parte de cada
alumno y esfuerzo de socialización.
Cultura universitaria: ¿Qué es esa cultura universitaria en la que uno ingresa?
| Michael Oakeshott: primer rasgo es asumir que “la búsqueda del conocimiento no es una
carrera en la que se disputa el 1er premio, sino que una conversación, así como
tampoco es un simposio o debate. Cada ciencia tiene que entrar en un diálogo
interdisciplinario. El fin de este dialogo es escuchar al otro en cuanto a su
forma de ver un problema, de interpretar su solución. De esta manera, se llega
a comprender un punto de vista distinto al propio. El aprendizaje surgente de
entender como un mismo problema puede ser abordado de forma diferente permite
ampliar el propio pensamiento, hacerlo más creativo.
| Es la reflexión crítica acerca de
uno mismo y de los conocimientos y experiencias que uno trae. Aprender a
preguntarse y cuestionarse sobre todo aquello que uno da por supuesto.
| El estudiante adquiere una mayor
autonomía; le permite pensar con libertad las cosas. El ejercicio de expresar y
poner en dialogo las propias ideas y experiencias a través de lecturas, clases,
etc. es algo propio de esta cultura.
Lo importante: Disfrutar aprendiendo. Conocer es aprender datos, pero saber es
saborear eso que aprendemos, gozar comprendiendo algo.
¿Cómo nacen y qué son las Universidades?: El nacimiento se remontaría a los griegos;
crearon las “organizaciones comunitarias” en torno al conocimiento (Liceo de
Aristóteles) donde se reunían a estudiar, reflexionar y dialogar. Edad Media,
los monasterios tenían centros de estudio superior. Luego, las agrupaciones de
personas que se dedicaban a un oficio, pensaron en centros de estudiar donde se
formara lo mejor posible para oficio y así se fue preparando el surgimiento de
las Universidades. El nacimiento de las Universidades se produjo en Europa
durante la edad media a partir del año 1150 (siglo XII).
Tantos las Universidades medievales, como las
que surgieron en nuestro país, estaban relacionadas con el estudio de la religión,
pero luego se fueron alejando de ella.
Siglo XX (Argentina): Primera Reforma
Universitaria en Córdoba; impacto en todo el continente latinoamericano y
definió las características de la institución universitaria nacional:
| Autonomía del poder político.
| Gratitud de la enseñanza.
| Etc.
El aumento de la cantidad de
estudiantes genero el surgimiento y la expansión de las Universidades privadas,
que podían incluir formación religiosa, sin el financiamiento por el Estado.
Surgió así la Universidad Católica Argentina; su fundación fue el 7 de marzo de
1958.
Universidad:
Comunidad de personas dedicada a estudios avanzados de una variedad de
temas pertenecientes a distintos ámbitos de la realidad.
T Comunidad: Exige una red de
relaciones.
T Se dedica a estudios avanzados: Debe
tener un nivel de excelencia con una actualización constante.
T Variedad de temas: Nadie puede ir a
una Universidad y estudiar un solo tema.
Problema: Cada Facultad tiende a sólo pensar en
sus temas. Hoy tenemos Facultades, no tenemos más Universidades.
| Vida facultativa: habilita para el
ejercicio de profesiones.
| Vida universitaria: Vida que
inscribía la comprensión del propio quehacer en el campo de una visión del
mundo. Ha desaparecido porque el sentido de la interdependencia (relación de
dependencia entre dos o más cosas) se fragmentó. Así, tenemos expertos, pero no
universitarios. El ignorante no es aquel que no tiene especialidad, sino el que
sólo consiste en ella.
Capítulo 2: El conocimiento científico
La formación, que se adquiere durante la vida
universitaria, se suele basar en una ciencia o en una combinación de ellas que
están contenidas en el plan de la carrera. De forma cotidiana, tenemos contacto
con saberes científicos y los productos tecnológicos; por lo que podemos decir,
que la ciencia y la tecnología están en todas partes. Así, los científicos
ocupan un lugar privilegiado. Por esta presencia tan fuerte que la ciencia
tiene en nuestra sociedad, vivimos de nuestra fe en la ciencia, es decir, la
experimentamos cono si fuera una religión o algo que aceptamos sin dudar.
De esta manera, el estudiante tiene cierta
experiencia del conocimiento científico. Se distinguen 2 tipos de
conocimientos:
Q Conocimiento científico sólido.
Q Conocimiento no científico: el
conocimiento de un artista, por ejemplo.
De igual manera, el estudiante universitario
también sabe que el saber científico y la tecnología aportan bienestar, también
pueden ponerlo en peligro (ej.: bombas atómicas). Así surgen preguntas que
cuestionan el uso que se hace del saber científico como, por ej., ¿la ciencia y
la tecnología conducen a la libertad o la manipulación y destrucción del ser
humano?; las contestaciones a estar preguntas dependen de la forma en que
respondamos ¿qué es la ciencia? Uno
puede tener una idea equivocada o parcial de lo que es la ciencia.
Nacimiento de la ciencia moderna: La mayor parte de los historiadores
coinciden en señalar:
T Origen remoto del saber científico:
Es el modo de saber que surge en Grecia, S.VI a.C., que se denominó episteme. Esto deriva en epistemología
(estudio de las ciencias).
T Origen próximo del saber científico:
La ciencia, en una forma similar a la que conocemos en la actualidad, comenzó
en el primer periodo de la Edad Moderna (fines del S.XVI hasta comienzos del
S.XVIII). La época se puede dividir
en:
R Inauguración: Copérnico (astrónomo).
R Continuada por científicos y
pensadores como Galilei, Descartes.
R Culminación: Newton (físico).
Antes de ellos, se pensaba que el ser humano y
el planeta eran un mundo cerrado, limitado jerárquicamente organizado. Estos
científicos pensaron que somos parte de un universo infinito gobernado por
leyes matemáticas. Se produjo, entonces, una revolución científica y filosófica donde el ser humano empezó a
sentirse dueño de todo. Esto provocó una nueva visión del cosmos y forma de
entender la ciencia, esta se concentró en la manipulación de la naturaleza por medio del experimento. Al modelo
de ciencia vigente en esa época se denomina “ciencia moderna”, sus
características son:
¦
Observar,
comprobar y proponer explicaciones para crear un conocimiento objetivo.
¦
Confiar
plenamente en el experimento.
¦
Expresar
todo en términos matemáticos.
¦
La
razón como instrumento de control sobre la realidad.
¦
La
persona debe ser dejada de lado: los hechos son datos puros que pueden ser
conocidos sin influencia alguna del sujeto que conoce.
Esta forma de pensar se denomina: paradigma newtoniano. Se parte de un
problema y de allí se buscan las soluciones posibles, planteando hipótesis,
basados en argumentos matemáticos, para luego realizar las pruebas
experimentales que permiten confirmar o refutar esa hipótesis.
La búsqueda de un conocimiento objetivo era
registrar los hechos y ponerlos a prueba en experimentos, evaluados
matemáticamente por la medida y el cálculo. Esta forma de entender la ciencia necesitaba
un nuevo lenguaje, dominado por la pretensión de lograr precisión y univocidad
(siempre tiene el = significado). Lo único que interesa es la expresión
matemática. Ese lenguaje en términos matemáticos es el lenguaje de la ciencia
moderna. Dicho lenguaje vino acompañado de la razón instrumental. En este tipo de razón lo que predomina es el
conocimiento de tipo utilitario; lo único que interesa es la utilidad, la
productividad y la eficacia de las acciones.
Siglo XIX:
Mundo diseñado fuertemente por el científico moderno. Nosotros crecemos
pensando que es un proceso natural, inevitable e incluso deseado. Ese proceso
culminó en la corriente científica denominada “positivismo”:
Se revindica el primado de la
ciencia: solo conocemos aquello que nos permite conocer las ciencias naturales,
y el único método de conocimiento es el propio de estas ciencias.
El método de las ciencias naturales
se aplica al estudio de la naturaleza y de la sociedad.
Se da la afirmación de la unidad del
método científico y de la primacía de dicho método como instrumento
cognoscitivo (sirve para conocer). Además, se muestra a la ciencia como el
único medio para solucionar todos los problemas humanos y sociales que hasta
entonces habían atormentado a la humanidad.
Por consiguiente, esta época se
caracteriza por un optimismo, dado por la certidumbre de un progreso imparable
que avanza hacia condiciones de bienestar generalizado, en una sociedad
pacífica y penetrada de solidaridad. Sucede una confianza acrítica y
superficial en la estabilidad y el crecimiento sin obstáculos de la ciencia.
Siglos XIX y XX: Surgen problemas que cuestionaron esta idea de ciencia.
La diversidad actual de ciencias y el problema
de la metodología científica: La
ciencia se ha diversificado enormemente. Han aparecido nuevos saberes
científicos. Cada una de esas ciencias estudia una parte cada vez más reducida
del mundo y, también, se han diversificado los métodos que utiliza cada ciencia
para examinar su objeto de estudio.
Las ciencias se pueden diferencias dependiendo
del objeto de estudio del que se
ocupan. Así se dividen en:
S Ciencias formales (lógica y
matemática): Ocupan de ideas abstractas, que no tienen una existencia real,
sino que solo existen como construcciones lógicas en la mente humana. Se
emplean para su estudio una metodología deductiva:
verdades más generales aceptadas –premisas- se deducen, a modo de conclusión,
otras verdades que ya estaban contenidas en las 1eras.
S Ciencias fácticas: Ocupan de todo
aquello que tiene existencia real. Se clasifican en:
] Ciencias naturales: fenómenos
físicos, químicos y biológicos.
] Sociales: Estudio del ser humano y
de las comunidades a lo largo del tiempo y el espacio.
Su metodología sigue en discusión, ya que está
en duda si deben responder o no a una misma metodología científica. Están
quienes dicen que las ciencias sociales deberían utilizar las mismas
metodologías cuantitativas y experimentales que son exitosas para las ciencias
naturales. Otros indican que las ciencias sociales necesitan una metodología
propia, porque las cuestiones humanas van más allá de lo que se puede
experimentar y requiere otro tipo de reflexión; así se promueve la utilización
de métodos cualitativos, ya que son más adecuados para captar los cambios del
mundo.
De este debate, surge el debate de que se
entiende por objetividad y por hecho. Algunos piensan que solo es
objetivo lo que se estudia con un método y una técnica rigurosa que nos permite
ser totalmente imparciales. Uno podría entender la objetividad de otra manera, como la capacidad de captar una
realidad que está afuera y que es independiente de quien la estudia. Se podría
decir que en ciencia el método es lo que sirve para verificar hechos y que
inversamente el hecho es aquello que se estable conforme a los principios de un
método. El hecho facilita el descubrimiento de un nuevo hecho.
¿Qué es la ciencia? Diversas opiniones:
- La más clásica es que la
ciencia es una explicación causal que deriva de los hechos. La base sobre
la que se sustenta todo el conocimiento científico son aquellas cosas que
simplemente suceden frente a nosotros, que captamos por intermedio de
nuestros sentidos y que llamamos hechos. De esos hechos se pasa a
afirmaciones más generales. Esta manera de razonar se denomina inducción. La inducción es un modo
de razonamiento muy generalizado en la ciencia, tiene sus objeciones. Se
pregunta si siempre es conveniente pasar desde los hechos singulares a
enunciados generales. Por eso, se comenzó a decir que el conocimiento
científico es probablemente
verdadero, sin que se intente garantizar que las afirmaciones sean totalmente
verdaderas, ya que pueden aparecer anomalías.
- Las limitaciones de este inductivismo
alentaron la búsqueda de otras alternativas. Surge el falsacionismo (Popper): Si no se pude verificar totalmente
si una afirmación es verdadera, entonces se debe demostrar la falsedad de
la hipótesis científica. La falsedad se puede demostrar a través de hechos
singulares. Así las teorías ya no se construyen inductivamente desde los
hechos, sino que nacen como conjeturas y suposiciones provisorias, creadas por el científico para
explicar el comportamiento de su objeto de estudio. La ciencia progresa
por el ensayo y el error, a las conjeturas y a las refutaciones, pero
nunca se puede decir que una teoría científica es verdadera: es la mejor
disponible hasta el momento.
- Kuhn: Estudiaba casos de controversias científicas, ocurridos en el
pasado; llego a la conclusión de que algo puede ser verdadero para algunos
y falso para otros. Las preguntas que el científico hace, así como las
respuestas, están enmarcadas y son las permitidas dentro del esquema
(paradigma) limitado con el que se trabaja. Al estudiar esos paradigmas,
se revela que las teorías científicas no son independientes de las
características sociológicas de la comunidad científica de la época. Ej.:
si hablo de los conceptos “átomo” o “masa” se entiende de una manera
dentro de la teoría atómica de la materia o de la mecánica newtoniana.
Así, se comprende que no hay un único método científico. Por eso, alguno
puede ser considerado verdadero en un grupo o dentro de un esquema, pero
en otro contexto puede tener un significado muy diferente. No hay una
verdad que buscar, sino diferentes teorías que no pueden compararse entre
ellas. Cada una va por su lado. Una norma no es mejor que otra, sino que
tiene otro sentido en su paradigma. Tampoco hay un paradigma mejor que
otro.
- Feyerabend: La ciencia no posee
ninguna característica que la haga superior a otras formas de
conocimientos, relacionadas con la intuición, sentimiento, etc. La ciencia
se presenta como una maestra de la verdad, pero responde a determinados
intereses y se mueve con esos intereses para imponerse. Se presenta como
objetiva, pero responder a intereses de poder y se vuelve autoritaria
desde su propio conocimiento. Según Feyerabend, todo vale y la verdad se puede alcanzar desde caminos
irracionales. O interesa encontrar
un medio serio y objetivo, sino que hay que estar abierto a todo.
- Bachelard: Para avanzar hay que romper esquemas y que se conoce en
contra de un conocimiento anterior que es un obstáculo para lo nuevo. Se
genera el concepto obstáculos
epistemológicos. Las ideas que bloquean otras ideas nuevas son hábitos
intelectuales solidificados, con la inercia que obliga al estancamiento de
las culturas, teorías científicas enseñadas como si fuesen dogmas, los
dogmas ideológicos que dominan las diferentes ciencias. Superando tales
obstáculos surgen las teorías que son respuestas a las preguntas más
importantes. Así parece que con cada uno nace la verdad, como si cada uno
partiera de 0 para conocer la verdad, como si lo que otros han enseñado
fuera un límite que hay que superar y poner bajo sospecha.
- Se debe rechazar un
conocimiento científico cerrado en sí mismo, aislado y autosuficiente.
Ahora bien, si no hay una metodología que garantice el acercamiento de un
conocimiento verdadero, o si hay que poner todo bajo sospecha, ¿significa
eso que la ciencia no conoce las verdades? Algunos dicen que la verdad ya
no interesa, sino que la ciencia solo sirve para generar innovaciones
tecnológicas. Si la ciencia solo esta para producir cosas útiles, se
confunde, entonces, a la ciencia con la tecnología y se da lugar a la tecnociencia. El progreso
científico se vuelve relativista, ya no tiene interés en un conocimiento
verdadero, sino en generar innovaciones útiles. El pensamiento como
búsqueda de la verdad desparece. De esta manera, tampoco importa pensar en
el uso que pueda darse de lo que produce la ciencia. En el paradigma
tecnocientífico tampoco importa la ética, ya que eso no produce nuevos
negocios.
Romano Guardini (Filósofo): El poder de la tecnociencia no tiene límites; se despreocupa por
la destrucción que puede generar, como si el poder que da la ciencia permitiera
le permitiera a uno estrujar el planeta. Los adelantos tecnológicos que nos dan
más poder sobre el mundo nos llevan a creer que todo incremento de poder
constituye un progreso, un aumento de seguridad, de utilidad, de bienestar,
etc. como si la realidad, el bien y la verdad brotaran del mismo poder
tecnológico y económico. El hombre moderno no está preparado para utilizar ese
poder porque el crecimiento tecnológico no fue acompañado por un desarrollo del
ser humano en cuanto a responsabilidad. La técnica quiere que nada quede fuera
de su lógica y el hombre que tiene la técnica sabe que esta no se dirige ni al
bienestar, ni a la utilidad, sino al dominio. Así intenta controlar los
elementos de la naturaleza y de la existencia humana. Nos queda el pensamiento
que busca la verdad para no convertirnos en esclavos.
Relativismo:
Lo real no tiene una base permanente, sino que se basa en los vínculos que
existen entre los fenómenos. Respecto al conocimiento, el relativismo sostiene
que no alcanza lo absoluto: su objeto son las relaciones.
Reflexión final: El modelo ciencia que se ha
impuesto es el modelo positivista, que permitió el avance de las ciencias
naturales y sus aplicaciones tecnológicas para el desarrollo social. Este
modelo, hoy en día, que “aseguraba” eficacia y objetividad en el avance del
conocimiento, se enfrenta con que no todo se puede explicar con esos métodos.
Los fenómenos sociales no pueden ser comprendidos ni resueltos con las
exigencias de la metodología de las ciencias naturales.
El concepto de ciencia de la modernidad esta
hoy en crisis. Se reconoce que no es el único modo de conocer la realidad,
sobre todo la humana, debido a las limitaciones de sus métodos y técnicas.
Además, se reconoce que toda producción de conocimiento tiene condicionamientos
históricos y culturales.
Se pasó de una idea rígida y cerrada de lo que
es el conocimiento científico, que no respetaba otros saberes, al vale todo
donde cada uno parece tener su verdad. Esto termina dando lugar a un
utilitarismo, donde no interesa la verdad ni la ética, sino la utilidad. Los
científicos tienen que buscar la verdad cada uno en su propia ciencia, con una
metodología seria y confiable, al mismo tiempo conocer sus límites y
enriquecerse a través de las demás ciencias para buscar juntos la verdad. Cada
científico debe pensar con la mayor profundidad posible para entender lo que
estudia, pero no pretender que con la metodología limitada de su ciencia pueda
opinar, sobre todo. Por esto el Papa Francisco dice: Los científicos que van más allá del objeto formal de su
disciplina y se extralimitan con afirmaciones o conclusiones que exceden el
campo de la propia ciencia. No es la
razón lo que se propone, sino una determinada ideología que cierra el camino de
un dialogo autentico.
Notas al pie:
El positivismo es una corriente filosófica
que afirma que todo conocimiento
deriva de alguna manera de la experiencia, la cual se puede respaldar
por medio del método científico. Por tanto, rechaza cualquier conocimiento
previo a la experiencia.
Capítulo 3: La reflexión filosófica
¿Qué es la filosofía? Aproximación: La filosofía es amor por la
sabiduría. Es una condición propia de los seres humanos, ya que todos los
hombres tienen el deseo, por la naturaleza, de saber. Quiere decir que “amamos
saber”, como deseamos, por ejemplo, saber los conocimientos de nuestra profesión.
El filósofo lo que ama no es solo el saber en
general, sino que un tipo de saber que caracteriza a la filosofía y que se
denomina sabiduría. La sabiduría se
alcanza a través de un conocimiento capaz de explicitar racionalmente las causas más profundas de la realidad.
Las ciencias particulares estudian las causas más inmediatas de las cosas, la
filosofía busca las causas más profundas, intentando llegar a las causas
últimas que explican todo. El estudio de la verdad es difícil y fácil, al mismo
tiempo, ya que nadie puede alcanzar completamente la verdad, ni estar falto de
ella de manera absoluta. Podemos alcanzar algo de sabiduría, pero nunca la
tendremos completamente. (Aristóteles).
Los ignorantes ni filosofan ni desean hacerse
sabios, pues en esto consiste el mal de la ignorancia: es tener la ilusión de
ser sabio en grado suficiente. El que no se cree falto de nada no siente deseo
de lo que no cree necesita. (Platón).
Solo hace filosofía el que ama, es decir, el
que busca la sabiduría sabiendo que no la tiene y sabiendo que no podrá
alcanzarla nunca de forma completa. Otros consideran que la filosofía es menos
un saber que una vida dedicaba a la búsqueda de un determinado tipo de saber,
la sabiduría. Esa búsqueda tiene como fin la realización personal y la
felicidad: el afán de saber es algo natural en el hombre y su felicidad
está relacionada con la sabiduría; esta le permite descubrir el sentido de su
vida y actuar correctamente, en cambio, la ignorancia es fuente de
desequilibrios y de errores en la conducta.
Filosofía:
Búsqueda (amor) de un saber (sabiduría) del que el hombre carece, pero del
que tiene necesidad para realizarse y orientarse en la vida.
No se puede aprender a filosofar mediante la
adquisición de datos, mediante un ejercicio practicado metódicamente, mediante
repetición y así sucesivamente. Estudiar filosofía y filosofar son cosas
diferentes. Estudiar filosofía es
incorporar conocimientos de una manera ordenada, cosa que puede hace un
estudiante de filosofía; filosofar es
para todos y presupone una búsqueda personal de la sabiduría. Esa búsqueda no
se origina solo en los libros, sino en el asombro y la admiración frente a la
complejidad de la realidad, o también a partir de la duda, o a raíz de
experiencias de dolor o de impotencia. Estas causas llevan a filosofar también
a quien no ha estudia filosofía, pero que filosofa solo por ser humano.
Heidegger: Ser humano
significa ya filosofar. Filosofamos constantemente y necesariamente en cuanto
existimos como hombres. Existir como hombres significa filosofar.
Jaspers: Todo ser
humano es competente para filosofar. Para filosofar basta con la propia
humanidad, el propio destino y la propia experiencia. Esa filosofía espontanea
se utiliza para clarificar la propia experiencia, a encontrarse a uno mismo.
Ciertas preguntas como, por ejemplo, ¿para qué
existe todo?, ¿por qué y para que existe el mundo?, etc. nos invitan a ir más
allá de lo que podemos ver a simple vista para ir a algo más profundo, hasta el
fondo de la realidad, y somos cada vez mejores filósofos. Filosofar sirve para
la vida, sirve para ejercer bien una profesión, sirve para ser mejores.
La filosofía como reflexión: Supone la experiencia humana porque cuando se pregunta, por
ejemplo, ¿qué es el amor?, ¿qué es la verdad?, etc. es porque tiene experiencia
de todo eso, es decir, de la experiencia del amor, de la verdad, etc.
La experiencia humana está definida por una
relación de mutua pertenencia entre el ser humano y el mundo. El ser humano
está ligado al mundo donde hay otros seres humanos, otros seres y cosas, a su
vez, el mundo está ligado al ser humano. Esa mutua pertenencia se ve en
experiencia como la del amor, la felicidad, etc. donde hay otras personas
involucradas conmigo. En las experiencias nunca estoy solo.
Ciencia: La
experiencia es el punto de partida de la observación, pero también un aspecto a
ser superado para llegar a una afirmación general y objetiva. Para ello
cuantificamos, sumamos las observaciones y las expresamos a través de frases
abstractas y universales.
Filosofía: La
experiencia humana acompaña siempre a su reflexión, ya que en esa experiencia
ocurre el encuentro entre el hombre y el mundo. Así de esa experiencia de
encuentro van surgiendo nuevas perspectivas para comprender nuestro propio ser
y nuestra vida. La reflexión filosófica nos lleva a buscar nuevas formas de
comprendernos a nosotros mismos y al mundo. La filosofía no intenta superar a
la experiencia, sino que busca elevarla a un nivel mayor de reflexión.
Reflexión: Palabra
compuesta por el término flexión, que tiene que ver con doblar, y la partícula
re, tiene que ver con repetir una acción. La reflexión, entonces, es como la
repetición del acto de volver sobre algo, volver y volver. La reflexión
filosófica sería el acto por el cual el hombre considera detenidamente, mira y
vuelve a mirar sus experiencias buscando en ellas ese saber profundo que lo
orienta en su vida. La persona que reflexiona siempre está implicada con el
mundo y con los otros, ya que no solo se hace en la soledad y el silencio; la
reflexión también se hace a través del diálogo.
La forma de iniciar y desarrollar la reflexión
filosófica, que es diálogo, es necesariamente la capacidad de escuchar. Para
ser capaz de conversar es imprescindible, 1ero, saber escuchar. La capacidad de
escuchar y de entrar en diálogo se puede caracterizar como la verdadera
humanidad del hombre. También cuando
leemos un libro con atención, tratando de comprender lo que quiere decir y
dejando que broten preguntas, estamos escuchando al otro y conversando con el
autor. A través de la conversación
filosófica, el ser humano se transforma, amplía su experiencia del mundo y se
encuentra a si mismo con el otro.
Conversación: Deja una huella en nosotros. Lo que
hace que algo sea una conversación es haber encontrado en el otro algo que no
habíamos encontrado aún en nuestra experiencia del mundo. La conversación posee
una fuerza transformadora. Cuando una conversación se logra, nos queda algo que
nos transforma. La conversación ofrece una afinidad con la amistad. Solo en la
conversación pueden encontrarse los amigos porque uno se encuentra a sí mismo
en el otro y viceversa.
En esta búsqueda y en esta conversación, uno
acepta que hay algunas verdades absolutas, que no cambian de un contexto a
otro, que no tienen que ver con un método o con otro. Es una verdad que tenemos
que reconocer, no fabricar, y que seguirá siendo verdad siempre, aunque cambien
las circunstancias. Es una verdad universal, que nos trasciende. Si eso se
pudiera cuestionar, si se admitieran excepciones en ciertas circunstancias,
todo caería y ya no quedarían argumentos para tener una ética solida ni para
fundamentar las leyes de la sociedad. Todo se vuelve relativo y la filosofía
desaparece. En la filosofía uno busca la verdad y se somete a ella libremente,
ni la inventa, no la fábrica, ni la adapta. Una verdad absoluta, por ejemplo,
es que no hay que matar a un inocente.
Capítulo 4: Experiencia y teología
La experiencia religiosa: La teología es el estudio de la religión, pero la teología no es
un resumen de doctrinas o usa serie de datos sobre la religió. Es algo más.
Hay una experiencia del ser humano que existe
desde lo más antiguo hasta ahora, en todas partes de la tierra, y es la
experiencia religiosa. La religión es una de las experiencias que caracterizan
al hombre como ser humano y lo diferencian del resto de los animales. El ser
humano ha tenido estas experiencias de lo divino, que han dado lugar a una
diversidad de religiones desde formas primitivas hasta sus manifestaciones más
recientes. Las religiones actuales muestran que la experiencia de lo divino es
una parte ineludible del ser humano. La mayoría de las grandes personas que han
hechos cambios importantes para la humanidad, han sido creyentes. La mayoría de las personas más admiradas han
tenido alguna fe.
Walter: A través de
una metáfora, se nos permite ver que ignorar la experiencia religiosa o
eliminarla totalmente de la formación de un profesional sería como hacerlo
medio human, mutilando algo que es parte de la humanidad.
Steiner: Un
humanismo sin fundamento teológico es demasiado frágil para satisfacer las
necesidades humanas, para satisfacer a la razón misma.
Frankl: Reconocía
el gran valor de una experiencia religiosa que permite darle a la realidad una
profundidad única.
Kovadloff: La
dimensión de lo teológico no es una dimensión alternativa preexiste que
volvería hoy a ganar actualidad. La pregunta por el hombre es la pregunta por
el misterio del hombre, es decir, por lo que el hombre tiene de inconmensurable
para sí mismo.
El fundamento teológico (Steiner), esa
dimensión de lo teológico (Kovadloff) no significa solo estar informados sobre
temas religiosos. Es tratar de examinar con más profundidad esa dimensión que
desde los inicios de la humanidad está presente como experiencia religiosa.
¿Qué es la teología?: Permite intentar comprender la cuestión de Dios, partiendo de la
experiencia religiosa. La teología puede resumirse en 3 aspectos:
¦
La teología es palabra acerca de
Dios: Sabemos que
debemos hablar de Dios. No obstante, somos seres limitados y parece pretensioso
querer hablar sobre Dios, que nos supera por todas partes. Tener que hablar y
no poder hacerlo nos llevan al extremo de intentarlo una y otra vez, en espera
de que Dios nos ayude en nuestra debilidad.
¦
El
hablar acerca de Dios desemboca en hacerse eco de la Palabra de Dios, de lo que Dios ha expresado de distintas maneras.
Dios ha hablado 1ero. La teología solo puede nacer de la atención, de la
audición, u obediencia ante el Dios que habla. El teólogo recoge y repiensa la
palabra que Dios nos dijo. Se debe leer y reflexionar lo dicho en la Biblia, y
dejarse ayudar por lo que ha reflexionado la Iglesia.
¦
La teología es palabra dirigida a
Dios: Si Dios habla
al mundo, es para entrar en comunicación con nosotros; el fin de este proceso
es poder hablarle mejor a Dios. La verdadera teología es la que tiene por fin
la oración, el encuentro personal de cada uno con Dios.
Este saber teológico no puede desarrollarle en
soledad, porque el creyente siempre se encuentra vinculado con otros seres
humanos, con el mundo y con Dios. Así el saber teológico es un pensar con el
otro, junto a otros; es decir, pensar en diálogo. También es un diálogo con
otras ciencias. Si la teología es capaz de conversar con otras ciencias,
también puede aportar algo que les ayude a comprender al ser humano y a su
vida.
La vida misma se encuentra interesada en que
exista una religión y una fe abiertas a la alteridad, para estar presentes en
la sociedad y para suscitar una esperanza verdadera. Por la apertura a la
alteridad, la esperanza cristina puede defender su derecho de hacerse oír en
los debates junto a otras corrientes de pensamiento y de sensibilidad. Se trata
de una búsqueda común, aprovechando los recursos que aportan unos y otros. No
es bueno que el cristiano este solo.
La teología recibe luces de las otras ciencias.
Eso le hace adquirir una mejor comprensión del mundo actual y de la realidad.
Esto genera que hable en un lenguaje que pueda ser entendido y valorado pro la
gente de hoy. Dialogando con otras ciencias y con la vida de las personas, la
teología recibe preguntas que le ayudan a profundizar y explicar mejor su
propia verdad. Su objetivo es reflexionar la fe dialogando con otros, para
comunicar el Evangelio con un pensamiento y lenguaje relación con las
cuestiones que interesan en el mundo actual.
El estudio de la teología es un diálogo entre
fe, razón y cultura. Cultura aquí se entiende como la forma de vivir de la
gente y su sensibilidad, las costumbres, los gustos, las manifestaciones de la
sociedad. Para que el diálogo resulte posible es necesario entrar en el mundo
de la cultura actual y conectar a la teología con el estudio de la carrera. El
estudiante debe conectar lo que estudia en las materias teológicas con los
intereses y problemas de su carrera.
El exceso de Dios: Para desarrollar la teología, hay que entrar en la dimensión del
“exceso”. Deseamos comprender qué es Dios, pero no podemos encerrarlo en los
estrechos límites de nuestra comprensión, porque Dios es lo que supera todo
conocimiento. El deseo de saber sobre Él se concreta en un humilde
vaciamiento de nuestras propias ideas, porque ¿qué es más sabio que la
sabiduría de los hombres, sino la locura de Dios?; ¿qué es más fuerte que la
fortaleza de los hombres sino la debilidad de Dios? Para recibir un amor tan
grande, uno tiene que liberarse de sus seguridades, de su orgullo, de sus
resistencias y de sus esquemas mentales.
Dios nos quiere felices, y por eso una buena
teología nos ayuda a vivir mejor. La teología tiene como objetivo formar
universitarios expertos en humanidad, que entiendan mejor la vida humana porque
tienen otra luz, aunque no se la quieran imponer a nadie. La teología puede
enriquecer la experiencia humana incluyendo en ella una experiencia teológica.
El encuentro entre la cuestión humana y la Palabra de Dios se produce como
experiencia espiritual.
En la experiencia religiosa de cada uno siempre
hay cosas en común con los demás (cosas que ha dicho Dios en su Palabra) y por
eso puede haber una reflexión en común, una teología que compartimos y
desarrollamos juntos. Cada uno ha resuelto algo en su propia vida gracias a su
encuentro con Dios, eso le permite ayudar a otros que pasen por una situación
semejante.
La experiencia religiosa desborda a la
teología, porque Dios es más grande que nuestras ideas y palabras, y la
experiencia que uno tiene de Dios es algo único, es fruto de una alianza
personas e irrepetible que Dios quiere hacer con cada uno. La verdad no es algo
que poseemos, sino una Persona por la que tenemos que dejarnos poseer, cada uno
a su manera, como Dios quiera alcanzarlo.
Capítulo 5: La integración del saber
La formación integral: La UCA propone como
objetivo ofrecer una formación universitaria que sea integral, humanista y
cristiana. Junto con la obtención del título universitario, ofrece a los
estudiantes una formación, que, junto con la forma de pensar propia de su
carrera, desarrolle un pensamiento crítico y creativo que le permite explorar
dimensiones distintas a las de su carrera. Se requiere que uno esté abierto y
dispuesto a la escucha y al diálogo con formas distintas de comprender. Eso es
una integración de la propia ciencia con otras formas de conocer y de hablar.
Esto es muy valiosos, ya que hoy en día hay una
diversificación de los saberes, lo que se convierte en una multitud de saberes
separados y desparramados, sin conexión entre ellos. La especialización
excesiva provoca que las disciplinas delimiten campos de investigación cada vez
más estrechos, creando subdisciplinas que, a su vez, se especializan y
subdividen sucesivamente. Se llega así a la formación de graduados que están
encerrados en su propio sector de conocimiento y no capacitados para el dialogo
con otros profesionales, ni otras formas de comprender el mundo. La
fragmentación del saber afecta la vida intelectual, personal y cultura.
Dimensiones de la integración del saber: En la
integración del saber se distinguen 2 dimensiones:
Q Integración horizontal: La relación entre ciencias distintas que dialogan a partir de una
temática u objeto de estudio en común, teniendo en cuenta los problemas
complejos a los que se enfrentan. Tiene 2 momentos fundamentales:
R Disciplinar:
Cada disciplina o ciencia se desarrolla a fondo de acuerdo a sus métodos
propios.
R Interdisciplinario: El desarrollo del dialogo con otras disciplinas con una finalidad
concreta de enriquecimiento mutuo.
Es necesario que, desde el inicio, una ciencia
este abierta al diálogo con otras, con una apertura hacia un horizonte humano
más rico y más amplio.
El mayor peligro en la formación universitaria
es que el estudiante empiece a creer que la única forma de comprender la
realidad y el único método para alcanzar un conocimiento verdadero es el de su
carrera, y entonces desvaloriza al resto de las ciencias y profesionales. Es
importantísimo reconocer, desde los inicios, la importancia de la diversidad de
saberes y profesiones. Un estudiante debe adquirir una formación integral que
capacite para el diálogo con otras ciencias y lenguajes, porque son otras
formas de comprender y de ver el mundo que permiten descubrir cosas que uno no
descubre.
Se hace imprescindible que los problemas que se
le presentan a cada ciencia sean encarados interdisciplinariamente; un solo
enfoque no es suficiente.
Q Integración vertical: La integración que se da en la profundidad del conocimiento, en el
querer pensar a fondo al ser humano y a la propia vida en relación con los otros,
con la naturaleza, con lo divino, etc. Esa integración es la que pueden
realizar las ciencias con la filosofía y la teología.
Es el ejercicio de un dialogo entre las
ciencias, la teología y la filosofía, que surge desde los cuestionamientos que
se hacen en las propias ciencias. Ejemplo: la preocupación por entender la vida
humanada que tienen la abogacía, política, etc. conducen a preocupaciones del
tipo filosóficas: ¿Qué es el ser humano? ¿Para que vivimos y trabajamos?, etc.
También cualquier de estás ciencias pueden tener preocupaciones teológicas:
¿Cómo ayuda la fe de una persona para alcanzar la paz interior?
Uno de los mayores peligros es formar un
profesional que crea que la única manera de comprender la realidad es la de su
ciencia, y no sea capaz de hacerse otras preguntas más profundas relacionadas
con la vida de la gente. Eso sería perder la capacidad para pensar con más
amplitud y profundidad los problemas de su ciencia. Una formación integral nos
lleva a ensayar constantemente la unión entre saberes distintos frente a un
mismo problema, para encontrar soluciones más completas.
Importancia de la integración del saber para
los estudiantes: En la UCA hay un esfuerzo para formas excelentes
profesionales, así como darles una formación integral que abarque su disciplina
y otras ciencias y otros saberes como la filosofía y la teología. Esto
permitirá al alumno tratar las dificultades con un pensamiento amplio, crítico
y creativo.
La elección de una ciencia y una profesión es,
también, la elección de un modo de vida y de una forma de ver el mundo, pero es
necesario que sea una forma abierta de pensar, de vivir, de trabajar y de mirar
la realidad.
Capítulo 6: Una experiencia espiritual y
comunitaria para la maduración personal.
Esto es también un libro de introducción a la
vida universitaria. La vida universitaria no es solo clases, lecturas,
pensamiento y reflexión, sino que hay diversas cosas que van madurando al
alumno:
- El estudio en grupos.
- El deporte.
- Las tareas sociales.
- La participación en retiros o
en la pastoral universitaria.
- Compartir almuerzos.
- Asistir a conferencias abiertas
o a seminarios.
Estas cosas ayudan a formarte como profesional;
amplia tus perspectivas y te enseñan a convivir. Para ser buen profesional se
debe ser bueno en la profesión y persona con profunda reflexión.
Hay cosas que no se aprenden en los libros y
suponen una maduración personal que te va convirtiendo en una mejor persona.
Eso mismo te convierte en un profesional más completo, que tiene un plus, que
posee algo más que los demás sabrán valorar.
- Ser más: Cuando uno trata de
ser mejor, el asunto no es solo hacer muchas cosas buenas. Todo eso puede
ser pura apariencia. Vale más el “ser” que el “hacer”. Se deben hacer
cosas buenas, pero no por compromiso, obligación, etc. Cualquier obra
buena hecha con esas intenciones solo sirve para agrandar tu vacío
interior.
las obras buenas te hacen crecer si realmente
te parecen importantes, si crees de verdad que son buenas, si realmente te
interesa el bien de los demás. Entonces no las hace para que te agradezcan o
algo. Cuando ayudas a alguien porque valoras a esa persona y te interesa su
felicidad eso significa que en tu interior hay algo bueno. Es muy importante
cuidar tu interior.
Si no hacemos un camino de maduración personal
e interior, se nos hará cada vez más difícil afrontar con paz los problemas de
la vida, muchas cosas que nos daban un placer superficial nos terminaran
dejándonos vacíos y sentiremos un hueco en nuestro interior. Se puede aprender
a vivir mucho mejor.
Si uno ha optado por seguir siempre igual,
entonces estás muerto. Solo los muertos no cambian. Lo importante es que te
sientas vivo, porque sos capaz de seguir avanzando. Los seres vivos están en
constante cambio y crecimiento. Si nuestra vida interior todavía está latiendo,
eso nos lleva a aceptar el cambio, a buscar siempre algo más, a desear avanzar,
madurar. Hay un llamado interior que te propone a buscar tu desarrollo. Si
dejas que broten la ganas de ser mejor, algo nuevo nacerá en tu vida.
Mi vida será más profunda solo si amo más. Si
actúas con amor, tratando de hacer las cosas como una ofrenda a Dios, eso es
vivir profundamente. O si haces cada cosa con ganas, porque crees que podés
ofrecer algo a los demás con tu esfuerzo, eso también es vivir profundamente.
- No a la ansiedad: Para
aprovechar el tiempo universitario hay que reconocer que cada día vale la
pena. Hay cosas que Dios te quiere ofrecer a lo largo de este día. Se debe
tener un corazón abierto, la mente atenta, todo tu ser dispuesto para
vivir lo que hoy te toque vivir. No todo será agradable, pero de todo
aprenderás y aprovecharas algo. De todo hay una experiencia bella y
profunda.
Estamos habituados a clasificar las cosas. Pero
así nos equivocamos tantas veces. No podemos decir que hay un día bello u otro
feo; los dos son necesarios, los 2 tienen su hermosura y misterio, los 2 nos
hacen falta para madurar, para limpiarnos interiormente, para llegar a ser lo
que estamos llamados a ser.
La ansiedad nos juega una mala pasada. Este es
un mal propio de nuestra época. Una cosa es servir a los demás y hacer bien
nuestra carrera, pero otra cosa es angustiarse y agotarse en un nerviosismo
ansioso. Si nos dejamos dominar por la ansiedad, toda nuestra vida se vuelve
una carrera permanente por cumplir objetivos que nos proponemos lograr, por
hacer algo que todavía no hicimos. Dejamos de concentrarnos en lo que estamos
viviendo ahora. Perdemos este momento y se nos va la vida sin vivirla por tener
la mente adelante, fuera del presente. Preocupados por alcanzar un objetivo no
vivimos lo que estamos haciendo y así nos domina una enfermedad que termina
enfermándonos. Cuando nos damos cuenta de eso, podemos revertirlo, pero el
camino es largo porque se necesita un cambio interior. Se trata de modificar
todo un estilo de vida.
En 1er lugar, para cambiar esto, hay que hacer
un cambio mental. Todos los proyectos son sanos siempre que el acento no este
puesto en la meta, en el futuro, en lo que falta. El acento debe estar en la
tarea misma, para vivirla con todas las ganas y aprovecharla al máximo.
En 2do lugar, se trata de ejercitar poco a poco
para lograr que la mente se quede quita, que deje de vagar por tantas partes y
se concentre completamente en lo que estás haciendo o disfrutando. Ahora estas
aquí y esto es lo que Dios te regala, esto es lo que hay que vivir. No hay nada
más satisfactorio que vivir a pleno lo que uno le toca hacer.
Esto te ayuda a perder miedo al futuro. El
futuro nos hace sufrir. Esas dudas te provocan sufrimientos inútiles. La única
forma de preparar el futuro es vivir bien este presente, es entregarte con
todas las ganas a lo que estás haciendo ahora, porque eso te fortalece, te abre
a nuevos mundos. No podrás ser fuerte en el futuro si ahora vivís a medias.
- No compararse ni achicarse:
Otra cosa que nos hace sufrir y gastar energías inútilmente es compararnos
con otros. No hay unos que valen más que otros. Hay personas distintas y
todas son importantes a los ojos de Dios.
No es fácil quererse a uno mismo y dejarse
querer por Dios. Estamos siempre necesitando que los otros nos valores. Si no
tenemos la aprobación y el reconocimiento, no sabemos amarnos a nosotros
mismos. Muchas personas se pasan toda la vida tratando de demostrarles a los
demás que valen algo, que son importantes, que son capaces. Gastan inultamente sus
fuerzas y su tiempo buscando la aprobación.
Viven comparándose y si ven que otros son más
elogiados o queridos, se sienten poca cosa y sufren. Se entra en una loca
competencia por demostrar quién es más importante, quién tiene más razón. Se
produce un profundo cansancio interior y el corazón se llena de tristeza e
insatisfacción.
Algunos creen que para ser felices primero
tienen que ser perfectos. Eso nos pasa cuando nos olvidamos que Dios es nuestro
amigo, que nos ama y por eso desea que seamos felices. Para llegar a ser
felices, tenemos que recordar que somos criaturas amadas por Dios y que quiere
nuestra felicidad, aunque no seamos perfectos. Dios te regaló vida para que la
aproveches al máximo, no para que mortifiques por tus errores.
Tampoco te sientas menos que los demás, ni
pensar que tenemos que conformarnos con poco porque no tenemos capacidad. Nadie
puede obligarte a conformarte con propósitos pequeños. Estamos hechos para
grandes cosas. Hay personas que cuando se sienten débiles reducen sus sueños.
Se limitan todavía más y se vuelven más débiles, entonces se declaran muertas.
Hay personas que cuando se sienten débiles, crean nuevas ilusiones. Se
fortalecen por dentro y desarrollan fuerzas para salir adelante.
Es bueno madurar, crecer, mejorar. Es una ley
de la vida misma. La vida es dinamismo, crecimiento, es cambio. Por eso nadie
es feliz si se clausura, si se cierra al cambio, etc.
- Ser vos mismo: Se trata de
dejar florecer lo mejor de tu propio ser.
Debemos dejar libres tus mejores energías, las posibilidades que
llevas dentro, y caminas seguro y con esperanza. No necesitas ser más que
nadie. Solo necesitamos dejar a florecer nuestro propio ser, ser lo mejor
de nosotros mismo. Hay que entregar lo mejor que hay en nosotros.
Entregarnos, porque nos hace bien.
Si logramos amarnos y respetarnos de esa
manera, viviremos más seguros y entonces ya no sentiremos dolor por lo que
digan los demás. Seremos capaz de alegrarnos con la felicidad de los otros,
porque no los sentiremos como un peligro.
Para tratar de agradar a los demás, ya no
sabemos quiénes somos. Somos únicos, diferentes y especiales. Nuestro propio
ser interior es hermoso, pero está sepultado debajo de preocupaciones por
aparentar y por ser reconocido. Tenemos derecho a ser lo que somos y a ser
diferentes. Hace falta que reconozcamos todo lo que somos, sin escondernos.
Cuando uno tiene un don debe desarrollarlo, debe dejarlo crecer y explayarse.
Cada uno tiene una misión y Dios no crea seres
inútiles. Nos utiliza como instrumentos para aportar algo. Todos pasamos a la
historia, todos somos importantes para este mundo y por eso vivimos un tiempo
en esta tierra. Cada uno deja su marca en esta tierra a su manera, y es un
instrumento que el Señor usa para hacer nacer algo, para estimular algo, para
provocar algo, aunque los demás no lo veas.
Si aceptas eso y te entregas, estarás en paz
con vos mismo y brotara la belleza interior.
No debemos pedir a los demás que aprueben todo
lo que hagamos y digamos, porque no lo harán. No necesitamos la aprobación de
todos. Debemos liberarnos de eso. Si los demás nos corrigen o nos invitan a
cambiar, no debemos tomarlo como una agresión. Tomémoslo como un estímulo para
crecer, para madurar.
A veces,
Dios utiliza a los demás para invitarte a dar un paso más en la vida, a
superarte un poco más. Lo mejor es dejar que el Señor nos mires. Él no ignora
nuestras debilidades y limites, pero nos ama y prefiere mirar todo lo bueno que
Él mismo puso en nosotros. Él conoce todas las posibilidades que hay en
nosotros y quiere hacerlas brotar. Somos lo que somos ante los ojos de Dios,
porque no hay nadie como Él que conoce nuestras verdades más íntimas.
- Apertura y Concentración: Si
nunca estamos contentos, conforme, recordemos que no existe un lugar
ideal. Es un engaño. De la vida no se puede escapar de los límites y los
problemas. Esto es la tierra. al paraíso solo se llega después de la
muerte, no debemos pretenderlo alcanzarlo en este mundo. La felicidad es
un estado interior, una manera de vivir y enfrentar las cosas. Cualquier
cosa que existe es un milagro, un brote de hermosura, un reflejo de Dios.
Para estar activos y llenos de vida no hace
falta ir a ninguna parte; basta con quedarse aquí, con esta tarea, en este
momento. El secreto es estar siempre dispuestos a lo que la vida nos ofrezca,
siempre dispuestos para lo que el Señor nos quiera proponer a través de lo que
se nos presente. Así uno se vuelve capaz de enfrentar la realidad, pero sin
tirantez interior, sin tensión, sin nerviosismos inútiles. Solo hay que estar aquí.
Aquí y ahora hay un secreto maravilloso, si sabes mirarlo bien. Evitemos que
nuestra mente se vaya a otra parte. Entrar en pleno contacto con tu vida
presente, sin importar lo que sea. Aprovecha bien este instante.
Nuestro problema es que no sabemos disfrutar,
porque siempre creemos que necesitamos más. Los seres humanos nos arruinamos la
vida cuando acumulamos. Queremos acumular experiencias. Cuando somos felices,
empezamos a pensar que podríamos ser más felices todavía y así no disfrutamos
de la felicidad que tenemos. No nos conformamos con algo y queremos todo. El
deseo de una felicidad perfecta no arruina las cuotas de placer que Dios nos
regala cada día. Esos pequeños placeres y esas simples alegrías de cada día son
reales.
Todo cambiaria si uno acepta que hay que hacer
una cosa por vez, y se concentra en eso. Hay que entregarse completamente a lo
que uno está haciendo, y no dejar que la mente divague en otras cosas. Si el
cuerpo está haciendo algo y la mente esta en otra parte, se produce una división
dañina de nuestro ser y entramos en un estado de prisa que nos desgasta. El
1ere paso para lograr este cambio es estar más atentos.
Esto es peor si estamos haciendo una tarea
resintiendo por dent5ro, con una tensión defensiva. La hacemos, pero la rechazamos,
nos resistimos a dedicarle tiempo porque estamos pensando en otras cosas que
queremos hacer. Una tarea realizada de esa manera nos cansa mucho más de lo
normal, nos quema por dentro. Si uno se entrega a esa tarea en cuerpo y alma,
las tensiones se aflojan. Nunca hagamos algo con la cabeza en otra cosa. Si
estamos haciendo algo, entreguémonos a esa cosa como si no existirá ninguna
otra cosa en el mundo.
- Amplitud: Estar obsesionados
con cosas puede limitarnos. Preguntémonos si no nos conviene ampliar un
poco más nuestra capacidad de disfrute. Quizás podamos reconocer mejor
pequeños placeres que la vida te está ofreciendo y que ahora estás dejando
escapar.
Cuando estas vacío y pretendes llenarlo con
algo que te obsesiona, es peor. Hay gente que necesita que te sientas así
porque así te vende cosas o te domina. No seamos esclavos, rompamos esas
obsesiones permanentes de consumidor. El problema de la gente es que sabe vivir
la vida de solo una manera. Así se pierden muchas cosas lindas de este mundo, porque
no entran en su esquema.
Podemos mirar la vida en color, o solo en
blanco y negro. Podemos oír la canción del universo como si fuera un tambor o
un concierto. Depende de nuestros ojos y oídos. Hay personas que ven todo de un
solo color, porque no han aprendido a apreciar la variedad de tonos y matices
que hay en la realidad. Podríamos descubrir en nuestra vida muchas cosas que
este mundo nos está ofreciendo y que todavía no aprendimos a valorar. Podríamos
detenernos en esta inmensidad de sonidos, colores, melodías, rostros y
situaciones que tienen mucho para enseñar. Solo debemos de tener apretura,
ampliar nuestra sensibilidad, que nuestro corazón esté dispuesto para recibir
lo que la vida te ofrezca. Así, nuestra afectividad no queda atada a una única
cosa.
La vida nos ofrece un poco de cada cosa, una
combinación donde nada es intenso. Cuando queremos mucho de una sola cosa, nos
volvemos adictos. La felicidad se arruina, la vida se enferma. Una vida sana
significa un poco de todo, un tiempo para una cosa y un tiempo para otra. Hay
que saber para oportunamente cuando nos estamos obsesionando. Es saludable
tomar conciencia y detenernos cuando comenzamos a pedirle algo a algo o alguien
un éxtasis infinito de placer. Nunca olvidemos que las cosas de la tierra no
son divinas.
Nos relacionamos con las personas como si
fuesen objetos que tienen que darnos todas las satisfacciones que necesitamos.
Nunca vamos a encontrar en esta tierra una persona completa que sea capaz de
satisfacer todas nuestras necesidades. Debemos aprender a recibir y aceptar con
gratitud el pequeño afecto de las personas, aunque no tengan todas las
cualidades que deseamos. Que ese amor sea imperfecto no significa que no sea
real. Cada uno tiene algo para dar, pero no tiene todo, sino lo que puede dar.
La felicidad depende de nuestra amplitud de
corazón. Mientras más amplitud tenga tu interior, más podrás disfrutar de la
vida.
- No a la violencia interior: Tenemos una violencia interior que
nos lleva a rechazar todo lo que no coincide con nuestros planes, lo que
nos rompe los esquemas. Así vamos acumulando nerviosismo y negatividad.
Las personas felices son las que saben
adaptarse a lo que les toque vivir. Si pueden resolver lo que está mal, lo
hacen, y si todavía no pueden, se adaptan y tratan de aprovechar lo que está
bien. Los que sobreviven no son los más inteligentes o los más capaces, sino
los que saben adaptarse.
Todos los meses tendremos que soportar cosas
que no nos gusten. Son más las cosas buenas que las malas. Pero cuando uno es
pesimista no ve toda la realidad, solo las partes malas.
La vida está llena de obstáculo. Así es la
tierra. Lo 1ero que hace falta para no enfermarse es aceptar la vida por lo que
es. Lo importante es nos fruir inútilmente. Nadie de lo que nos ha sucedido es
inútil. Toda ha servido para llevarnos a nuestro veredero ser, todo tiene un
sentido, todo tiene su lugar. Confía en tu Dios, que no te priva de los
problemas, pero es capaz de sacar algo bueno para vos en cualquier cosa que
enfrentes. Ese es el misterio de la vida, que solo se aprecia con la mirada de
la fe. Recordar que lo malo no es lo único que existe, que tu vida es más que eso.
- Diálogo y generosidad:
La vida es encuentro, es un montón de relación, es compartir, es
caminar junto. En la Universidad, una forma muy importante de las
relaciones es el dialogo. Dialogar serenos es una cosa bella. Las personas
que se aíslan se pierden este hermoso placer de encontrarnos que tenemos
los humanos.
Es necesario escuchar al otro sin prisa,
poniendo toda la atención y todo el corazón en ese dialogo, con un profundo
interés en lo diga esa persona. Aunque lo que diga parezca una tontería, sus
palabras pueden esconder algo profundo y uno siempre puede aprender de escuchar
al otro.
Importante estar abierto para reconocer los
intereses del otro. El tener derecho a defender lo que cree que es importante,
y aunque use palabras agresivas puede estar diciendo algo que yo necesite oír.
No siempre alguien que se irita es por orgullo o ignorancia. Por eso es bueno
tratar de ponerse en el lugar del otro para entender lo que lo preocupa y lo
que lo apasiona. El dialogo puede ser toda una aventura.
No bastan las palabras. El amor supera las
peores barreras y cuando tratamos de amar logramos entendernos mejor. El otro
debe dejar de ser un enemigo peligroso o un competidor, para convertirse en un
compañero de camino. Si estoy seguro en mi interior, no me interesa ganar.
Podemos escucharnos, aunque no estemos de acuerdo, porque escuchándonos siempre
puede brotar una pequeña luz.
Si en ese diálogo tenemos que callarnos o hacer
un esfuerzo para no perder la paciencia, esa entrega es algo sano y valioso.
Hay más felicidad en dar que en recibir. Aunque los demás no nos den la razón,
no nos feliciten, podemos vivir la alegría de dar amor en una conversación. Eso
es muy importante porque Dios ama al que da con alegría.
Junto con el diálogo está el servicio, la generosidad,
la capacidad de hacer cosas por los demás, para hacerlos felices, para
ayudarlos a vivir mejor.
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