Escultismo para Filósofos
Licenciatura en Letras (1º año)
Materia: Filosofía y Antropología
Alumno: Lourdes Belén Loresi
Nro. de registro: 06-170030-3
Profesor: Padre Carlos Alfredo Taubenschlag
Escultismo para filósofos
Dentro de
la vida de un scout se aprenden muchos valores cada sábado de actividades, por
cada campamento al que se asiste, por cada experiencia que se vive dentro del
movimiento. Estos valores son transmitidos por medio de los dirigentes, como
también por los mismos compañeros o incluso los pequeños maestros que están
aprendiendo a ser como los mayores pero que siempre nos enseñan algo
nuevo. Y estos valores no sólo deben ser
aplicados dentro de la vida scout, sino también deberían poder ser llevados a
la vida cotidiana, al día a día.
No sólo
eso, se trata de pasar diferentes conocimientos a otros para poder aplicarlos en
la vida misma, para aprender a tomar decisiones y para no darnos un golpe en la
cabeza por cada cosa nueva que nos sorprenda. El escultismo ayuda de alguna u
otra manera a organizarse y a poder enfrentar los obstáculos que se presentan a
lo largo del tiempo. Esa es la razón por la que los jóvenes, incluso yo misma
hablando desde mi experiencia personal, aprendemos en la práctica valores que
nunca se olvidan como la solidaridad, el trabajo en equipo, el optimismo, el
compartir, entre muchos otros que se van pasando por parte de los dirigentes a
un caminante, o a un rover.
Pero, ¿hay
alguna manera de que estos valores se puedan relacionar con la antropología?
Creo que sí las hay, y podríamos verlos desde diferentes puntos de vista que
nos podrían llegar a dar una mejor visión acerca de aquellos relacionándolo con
lo que es el hombre. Es ahí en donde me voy a centrar: en el hombre. Es así
como voy a poder unificar las dos cosas, para poder entender que es
verdaderamente ser hombre y como se relaciona con las virtudes de un scout.
Para
empezar, podríamos determinar que es el hombre en sí. “El hombre es un animal, primeramente; y en segundo lugar, el hombre es
un animal raro de especie única. Es pues un animal y presenta todas las
características del animal. (…) Es sin embargo un animal raro. El hombre tiene
muchas cosas que no las hallamos en absoluto en los otros animales”[1]
o bien se podría decir: “Aristóteles
definió al hombre como una unidad sustancial de cuerpo y alma, y como un animal
racional, político y social”[2].
Ahora bien, ¿es verdaderamente así? O quizás, ¿le falte algo a esa definición?
Podría estar de acuerdo en que el hombre en definitiva es un animal, porque
claramente tiene esas características que hacen que se lo incluyan en ese
reino; también podría coincidir con la definición de Aristóteles, pero habría
que agregar algunas cosas más.
El hombre
de por sí, como ya he mencionado, es un animal; pero podría agregarse también
que el ser humano es alguien que se diferencia del resto de los animales por
sus capacidades interiores, es decir, grosso
modo, aquella “cosa” que de alguna manera habita dentro de nosotros y nos
permite formar lo que nosotros somos: tener valores, tener una moral, tener virtudes, ser capaz de
razonar pero también tener una cierta espiritualidad interior que nos permite
ir más allá y que nos profundiza a todos. El hombre es una mezcla y explosión
de emociones que muchas veces no se pueden explicar, porque es parte de nuestra
naturaleza.
Quisiera
destacar que como el hombre puede crear estos valores, el scout puede hacer
hincapié en ellos, ya que es una base muy importante del ser humano y
aprenderlos correctamente es lo que nos lleva a convertirnos en los que cada
uno elige ser. “Son nuestras elecciones
las que muestran lo que somos, mucho más que nuestras habilidades”[3].
Nosotros elegimos seguir esos valores y virtudes, elegimos aprender y basarnos
en una ley.
Repasemos
algunos puntos de la ley scout. “El scout es generoso, cortés y solidario”. Es
uno de los valores que nos enseñan cuales son una de las características del
buen hombre, algo que nos diferencia una vez más de los animales. El ser
generoso, solidario, no se nace, se hace, se aprende. Es por eso que ese punto
es muy importante no solo en la vida de un scout, sino que también debería
serlo para cualquier ser humano, para cualquier hombre. Es algo que se debería
destacar, si bien muchas veces algunos eligen no seguir por ese camino y
terminar divagando en un túnel en el que solo se encuentra la oscuridad y no
hay valores que se destaquen. “El scout es optimista aún en las dificultades”,
como dice el punto 8 de la ley; “el scout es económico, trabajador y respetuoso
del bien ajeno”, punto 9; “el scout es puro y lleva una vida sana”, punto 10.
Lo que yo veo y que me gustaría destacar que estos puntos se enseñan para que
uno mismo pueda hacerlos propios y enseñarlos a otros.
Pero no me
quisiera detener ahí, sino que quisiera hacer una relación especial con el
punto primero de la ley, que dice “el scout ama a Dios y vive plenamente su Fe”
¿Por qué? Quizás porque veo que hay algo en el hombre, que nos define aún más y
se trata de la espiritualidad. La espiritualidad no sólo está conectada con la
creencia en el alma y que la misma puede transcender aun después de muertos;
sino esa característica de creer, de tener y depositar fe en algo divino.
Ocurre que la experiencia religiosa, al igual que la técnica, es una de las más
antiguas y parece haber estado presente la mayor parte del tiempo. Y esa es una
manera más de diferenciar lo que es el hombre con el resto de los animales: la
capacidad de vivir plenamente la fe y amar a un dios, creer en la vida aun
cuando no se sabe si habrá algo después, es tener una esperanza, depositarla en
uno mismo y en otros. Eso es algo que el animal no puede hacer, quizás sabe que
su hora ha llegado y que su vida se está acabando, pero ser capaz de tener fe
en algo aún más grande y trascendente es propio del ser humano. También es por
eso que “el scout es respetuoso y hermano de todos”, porque hay muchísimas
religiones diferentes en el mundo, no solo nos diferenciamos física o
psicológicamente unos de otros, diferimos en nuestra manera de creer y se debe
cultivar en el scout el respeto.
La
antropología que trato de presentar podría definirse como una unidad estrecha
entre lo material o lo real y lo espiritual. Lo religioso y lo que es de tipo
más realista no se encuentran por separado, están juntos. ¿Por qué ambos van de
la mano? Creo yo que es debido a que ni
una ni la otra puede desligarse. “La Iglesia, por su parte, aprecia el
esfuerzo de la razón por alcanzar los objetivos que hagan cada vez más digna la
existencia personal. Ella ve en la filosofía el camino para conocer verdades
fundamentales relativas a la existencia del hombre. Al mismo tiempo, considera
a la filosofía como una ayuda indispensable para profundizar la inteligencia de
la fe…”[4].
De esta manera, se entiende que debe haber un balance entre ambas cosas. El
hombre no es razón y religión por separado. El hombre es un todo. Debe aprender
a lo largo de su vida a entenderse y a comprender el mundo que lo rodea. Por
eso necesita de ambas cosas. En mi opinión, el movimiento scout propone una
antropología educativa de este tipo. Un caso en particular para demostrarlo sería
por medio de la confección del PPA (Plan Personal de Acción) en la etapa Rover.
En el mismo se deben plasmar aquellas cuestiones que uno considere necesarias
para realizar un cambio e incluso para aprender de uno mismo. Cada uno elige
que completar a su propio modo y con el tiempo lo va llevando al cabo. Por
medio de este, se abre una puerta para hacer una autoevaluación sobre lo que
uno es, sobre la vida y sobre su propia espiritualidad.
Para
seguir adelante en la vida cotidiana, al scout se lo instruye de diferentes
maneras, no solo en la formación de tipo más profunda, sino también en ámbitos
más técnicos. Como ya antes la he mencionado, la experiencia técnica es algo
fundamental de los hombres, ya que nos ayudan a sobrevivir. Lo sorprendente
acerca de ella es que ha evolucionado muchísimo e inclusive podría llegar a
decir que muchas de ellas han superado lo que el resto de los animales nunca
podrían hacer. El hacerse de cada técnica, de buscar diferentes maneras de
resolver un problema es algo que siempre se encontrara presente. Desde aprender
a hacer un simple nudo hasta una ayudar a cocinar para todas las ramas es lo
que nos sirve para ganar experiencia propia, que luego aplicaremos en la vida
cotidiana. Es muy importante debido a que no solo se hace uso de las diferentes
técnicas que uno pueda llegar a incorporar en sus conocimientos, además se
aplican muchas veces los valores y virtudes, porque es una de las maneras que
uno tiene para aprenderlas. Cito ejemplos, como es el caso de compartir una
merienda con todo el grupo o con otros chicos; o si alguien se cae en el
camino, ser solidario y ayudarlo, inclusive aprendiendo a trabajar en equipo
para poder llevarlo entre varios; cuando uno está haciendo amarres, hay otro
sosteniéndole los troncos para que no se muevan. En cada momento hay una
lección que se aprende, un conocimiento nuevo, un valor, una virtud que se
enseña, aun siendo de manera inconsciente. Aquel que haya dicho la frase de
“cada día se aprende algo nuevo” no tiene más que pura razón.
Esta podría
ser la manera en que uno podría llegar a relacionar lo que significa ser hombre
con los valores y virtudes que uno aprender al ser scout, porque es algo que no
está privado de nadie, aun si las maneras de aprenderlas son distintas, cada
uno debería entenderlas y aplicarlas en
su vida. El hombre tiene esa chispa dentro que se destaca del resto de los
animales y hay que aprovecharla al máximo, hay que usarlos y basarnos en ellos,
exprimirlos como a una naranja porque así somos nosotros, es lo que nos define
y sin ellos, ¿qué somos entonces? ¿Cómo nos diferenciamos del resto?
En
conclusión, tanto la antropología filosófica como la propuesta educativa scout
son muy similares. Ambas buscan un balance entre lo que es el mundo más animal,
más real y lo que es el mundo de la espiritualidad y la religión. Por medio de
ambas, uno aprende acerca de la vida y acerca de lo que es el hombre. Me parece
que gracias a ellas es que se entiende mejor todo lo que es verdaderamente el
ser humano. Cada hombre, por el solo hecho de ser persona, de ser alguien, está
llamado a entender la razón por la que somos seres “raros” ya que el hombre es capaz de reflexión, es capaz
de pensar en sí mismo y entender así el sentido de su propia vida.
Bibliografía
BADEN-POWELL,
ROBERT
(1908), Escultismo para muchachos
BOCHENSKI, JÓSEF
MARIA, El
hombre (resumen), Introducción al pensamiento filosófico
SAVATER, FERNANDO, Ética para Amador
FERNÁNDEZ, VICTOR
MANUEL,
Introducción al pensamiento y a la vida universitaria
JUAN PABLO II, Fides Et Ratio
Fotocopia de Antropología Filosófica, 5to año bachiller,
Instituto San José A-355
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