sábado, 25 de mayo de 2019

Introducción al pensamiento y a la vida universitaria


Introducción al pensamiento y a la vida universitaria
Colección Pre-Universitaria. Editorial de la Universidad Católica Argentina (EDUCA) 2015.
Resumen realizado por los alumnos de Filosofía y Antropología de Letras 2019. 


Capítulo 1: La vida universitaria
El rito del paso: El inicio de la vida universitaria comienza con dar 1 paso, el del colegio secundaria a la Universidad. Ese paso se define como un rito de 3 etapas:
  1. Extrañeza: Separación de las costumbres y del modo de vida anteriores. Se produce cuando se abandona el colegio y la rutina que se desarrollaba para entrar en la Universidad; para hacer algo diferente, una carrera, con gente diferente.
  2. Aprendizaje: Adaptación; se comienzan a comprender las nuevas costumbres que son necesarias para el desarrollo de la vida universitaria.
  3. Afiliación: La persona se convierte en estudiante universitario porque se ha hecho propia esa nueva forma de vida con costumbres diferentes y siente que la Universidad ya es parte de su vida.
Al pasar estas etapas, uno se convierte en un estudiante universitario. Para lograr esto:
©       Cursos de ingreso.
©       Tutorías.
©       Trabajo personal por parte de cada alumno y esfuerzo de socialización.

Cultura universitaria: ¿Qué es esa cultura universitaria en la que uno ingresa?
|  Michael Oakeshott: primer rasgo es asumir que “la búsqueda del conocimiento no es una carrera en la que se disputa el 1er premio, sino que una conversación, así como tampoco es un simposio o debate. Cada ciencia tiene que entrar en un diálogo interdisciplinario. El fin de este dialogo es escuchar al otro en cuanto a su forma de ver un problema, de interpretar su solución. De esta manera, se llega a comprender un punto de vista distinto al propio. El aprendizaje surgente de entender como un mismo problema puede ser abordado de forma diferente permite ampliar el propio pensamiento, hacerlo más creativo.
|  Es la reflexión crítica acerca de uno mismo y de los conocimientos y experiencias que uno trae. Aprender a preguntarse y cuestionarse sobre todo aquello que uno da por supuesto.
|  El estudiante adquiere una mayor autonomía; le permite pensar con libertad las cosas. El ejercicio de expresar y poner en dialogo las propias ideas y experiencias a través de lecturas, clases, etc. es algo propio de esta cultura.
Lo importante: Disfrutar aprendiendo. Conocer es aprender datos, pero saber es saborear eso que aprendemos, gozar comprendiendo algo.

¿Cómo nacen y qué son las Universidades?: El nacimiento se remontaría a los griegos; crearon las “organizaciones comunitarias” en torno al conocimiento (Liceo de Aristóteles) donde se reunían a estudiar, reflexionar y dialogar. Edad Media, los monasterios tenían centros de estudio superior. Luego, las agrupaciones de personas que se dedicaban a un oficio, pensaron en centros de estudiar donde se formara lo mejor posible para oficio y así se fue preparando el surgimiento de las Universidades. El nacimiento de las Universidades se produjo en Europa durante la edad media a partir del año 1150 (siglo XII).

Tantos las Universidades medievales, como las que surgieron en nuestro país, estaban relacionadas con el estudio de la religión, pero luego se fueron alejando de ella.

Siglo XX (Argentina): Primera Reforma Universitaria en Córdoba; impacto en todo el continente latinoamericano y definió las características de la institución universitaria nacional:
|  Autonomía del poder político.
|  Gratitud de la enseñanza.
|  Etc.  
El aumento de la cantidad de estudiantes genero el surgimiento y la expansión de las Universidades privadas, que podían incluir formación religiosa, sin el financiamiento por el Estado. Surgió así la Universidad Católica Argentina; su fundación fue el 7 de marzo de 1958.
Universidad: Comunidad de personas dedicada a estudios avanzados de una variedad de temas pertenecientes a distintos ámbitos de la realidad.
T  Comunidad: Exige una red de relaciones.
T  Se dedica a estudios avanzados: Debe tener un nivel de excelencia con una actualización constante.
T  Variedad de temas: Nadie puede ir a una Universidad y estudiar un solo tema.
Problema: Cada Facultad tiende a sólo pensar en sus temas. Hoy tenemos Facultades, no tenemos más Universidades.
|  Vida facultativa: habilita para el ejercicio de profesiones.
|  Vida universitaria: Vida que inscribía la comprensión del propio quehacer en el campo de una visión del mundo. Ha desaparecido porque el sentido de la interdependencia (relación de dependencia entre dos o más cosas) se fragmentó. Así, tenemos expertos, pero no universitarios. El ignorante no es aquel que no tiene especialidad, sino el que sólo consiste en ella.



Capítulo 2: El conocimiento científico
La formación, que se adquiere durante la vida universitaria, se suele basar en una ciencia o en una combinación de ellas que están contenidas en el plan de la carrera. De forma cotidiana, tenemos contacto con saberes científicos y los productos tecnológicos; por lo que podemos decir, que la ciencia y la tecnología están en todas partes. Así, los científicos ocupan un lugar privilegiado. Por esta presencia tan fuerte que la ciencia tiene en nuestra sociedad, vivimos de nuestra fe en la ciencia, es decir, la experimentamos cono si fuera una religión o algo que aceptamos sin dudar.
De esta manera, el estudiante tiene cierta experiencia del conocimiento científico. Se distinguen 2 tipos de conocimientos:
Q  Conocimiento científico sólido.
Q  Conocimiento no científico: el conocimiento de un artista, por ejemplo.
De igual manera, el estudiante universitario también sabe que el saber científico y la tecnología aportan bienestar, también pueden ponerlo en peligro (ej.: bombas atómicas). Así surgen preguntas que cuestionan el uso que se hace del saber científico como, por ej., ¿la ciencia y la tecnología conducen a la libertad o la manipulación y destrucción del ser humano?; las contestaciones a estar preguntas dependen de la forma en que respondamos ¿qué es la ciencia? Uno puede tener una idea equivocada o parcial de lo que es la ciencia.
Nacimiento de la ciencia moderna: La mayor parte de los historiadores coinciden en señalar:
T  Origen remoto del saber científico: Es el modo de saber que surge en Grecia, S.VI a.C., que se denominó episteme. Esto deriva en epistemología (estudio de las ciencias).
T  Origen próximo del saber científico: La ciencia, en una forma similar a la que conocemos en la actualidad, comenzó en el primer periodo de la Edad Moderna (fines del S.XVI hasta comienzos del S.XVIII). La época se puede dividir en:
R  Inauguración: Copérnico (astrónomo).
R  Continuada por científicos y pensadores como Galilei, Descartes.
R  Culminación: Newton (físico).
Antes de ellos, se pensaba que el ser humano y el planeta eran un mundo cerrado, limitado jerárquicamente organizado. Estos científicos pensaron que somos parte de un universo infinito gobernado por leyes matemáticas. Se produjo, entonces, una revolución científica y filosófica donde el ser humano empezó a sentirse dueño de todo. Esto provocó una nueva visión del cosmos y forma de entender la ciencia, esta se concentró en la manipulación de la naturaleza por medio del experimento. Al modelo de ciencia vigente en esa época se denomina “ciencia moderna”, sus características son:
¦        Observar, comprobar y proponer explicaciones para crear un conocimiento objetivo.
¦        Confiar plenamente en el experimento.
¦        Expresar todo en términos matemáticos.
¦        La razón como instrumento de control sobre la realidad.
¦        La persona debe ser dejada de lado: los hechos son datos puros que pueden ser conocidos sin influencia alguna del sujeto que conoce.
Esta forma de pensar se denomina: paradigma newtoniano. Se parte de un problema y de allí se buscan las soluciones posibles, planteando hipótesis, basados en argumentos matemáticos, para luego realizar las pruebas experimentales que permiten confirmar o refutar esa hipótesis.
La búsqueda de un conocimiento objetivo era registrar los hechos y ponerlos a prueba en experimentos, evaluados matemáticamente por la medida y el cálculo. Esta forma de entender la ciencia necesitaba un nuevo lenguaje, dominado por la pretensión de lograr precisión y univocidad (siempre tiene el = significado). Lo único que interesa es la expresión matemática. Ese lenguaje en términos matemáticos es el lenguaje de la ciencia moderna. Dicho lenguaje vino acompañado de la razón instrumental. En este tipo de razón lo que predomina es el conocimiento de tipo utilitario; lo único que interesa es la utilidad, la productividad y la eficacia de las acciones.
Siglo XIX: Mundo diseñado fuertemente por el científico moderno. Nosotros crecemos pensando que es un proceso natural, inevitable e incluso deseado. Ese proceso culminó en la corriente científica denominada “positivismo”:
Se revindica el primado de la ciencia: solo conocemos aquello que nos permite conocer las ciencias naturales, y el único método de conocimiento es el propio de estas ciencias.
El método de las ciencias naturales se aplica al estudio de la naturaleza y de la sociedad.
Se da la afirmación de la unidad del método científico y de la primacía de dicho método como instrumento cognoscitivo (sirve para conocer). Además, se muestra a la ciencia como el único medio para solucionar todos los problemas humanos y sociales que hasta entonces habían atormentado a la humanidad.
Por consiguiente, esta época se caracteriza por un optimismo, dado por la certidumbre de un progreso imparable que avanza hacia condiciones de bienestar generalizado, en una sociedad pacífica y penetrada de solidaridad. Sucede una confianza acrítica y superficial en la estabilidad y el crecimiento sin obstáculos de la ciencia.
Siglos XIX y XX: Surgen problemas que cuestionaron esta idea de ciencia.
La diversidad actual de ciencias y el problema de la metodología científica: La ciencia se ha diversificado enormemente. Han aparecido nuevos saberes científicos. Cada una de esas ciencias estudia una parte cada vez más reducida del mundo y, también, se han diversificado los métodos que utiliza cada ciencia para examinar su objeto de estudio.
Las ciencias se pueden diferencias dependiendo del objeto de estudio del que se ocupan. Así se dividen en:
S  Ciencias formales (lógica y matemática): Ocupan de ideas abstractas, que no tienen una existencia real, sino que solo existen como construcciones lógicas en la mente humana. Se emplean para su estudio una metodología deductiva: verdades más generales aceptadas –premisas- se deducen, a modo de conclusión, otras verdades que ya estaban contenidas en las 1eras.
S  Ciencias fácticas: Ocupan de todo aquello que tiene existencia real. Se clasifican en:
]  Ciencias naturales: fenómenos físicos, químicos y biológicos.
]  Sociales: Estudio del ser humano y de las comunidades a lo largo del tiempo y el espacio.
Su metodología sigue en discusión, ya que está en duda si deben responder o no a una misma metodología científica. Están quienes dicen que las ciencias sociales deberían utilizar las mismas metodologías cuantitativas y experimentales que son exitosas para las ciencias naturales. Otros indican que las ciencias sociales necesitan una metodología propia, porque las cuestiones humanas van más allá de lo que se puede experimentar y requiere otro tipo de reflexión; así se promueve la utilización de métodos cualitativos, ya que son más adecuados para captar los cambios del mundo.
De este debate, surge el debate de que se entiende por objetividad y por hecho. Algunos piensan que solo es objetivo lo que se estudia con un método y una técnica rigurosa que nos permite ser totalmente imparciales. Uno podría entender la objetividad de otra manera, como la capacidad de captar una realidad que está afuera y que es independiente de quien la estudia. Se podría decir que en ciencia el método es lo que sirve para verificar hechos y que inversamente el hecho es aquello que se estable conforme a los principios de un método. El hecho facilita el descubrimiento de un nuevo hecho.

¿Qué es la ciencia? Diversas opiniones:
  1. La más clásica es que la ciencia es una explicación causal que deriva de los hechos. La base sobre la que se sustenta todo el conocimiento científico son aquellas cosas que simplemente suceden frente a nosotros, que captamos por intermedio de nuestros sentidos y que llamamos hechos. De esos hechos se pasa a afirmaciones más generales. Esta manera de razonar se denomina inducción. La inducción es un modo de razonamiento muy generalizado en la ciencia, tiene sus objeciones. Se pregunta si siempre es conveniente pasar desde los hechos singulares a enunciados generales. Por eso, se comenzó a decir que el conocimiento científico es probablemente verdadero, sin que se intente garantizar que las afirmaciones sean totalmente verdaderas, ya que pueden aparecer anomalías.
  2. Las limitaciones de este inductivismo alentaron la búsqueda de otras alternativas. Surge el falsacionismo (Popper): Si no se pude verificar totalmente si una afirmación es verdadera, entonces se debe demostrar la falsedad de la hipótesis científica. La falsedad se puede demostrar a través de hechos singulares. Así las teorías ya no se construyen inductivamente desde los hechos, sino que nacen como conjeturas y suposiciones provisorias, creadas por el científico para explicar el comportamiento de su objeto de estudio. La ciencia progresa por el ensayo y el error, a las conjeturas y a las refutaciones, pero nunca se puede decir que una teoría científica es verdadera: es la mejor disponible hasta el momento.
  3. Kuhn: Estudiaba casos de controversias científicas, ocurridos en el pasado; llego a la conclusión de que algo puede ser verdadero para algunos y falso para otros. Las preguntas que el científico hace, así como las respuestas, están enmarcadas y son las permitidas dentro del esquema (paradigma) limitado con el que se trabaja. Al estudiar esos paradigmas, se revela que las teorías científicas no son independientes de las características sociológicas de la comunidad científica de la época. Ej.: si hablo de los conceptos “átomo” o “masa” se entiende de una manera dentro de la teoría atómica de la materia o de la mecánica newtoniana. Así, se comprende que no hay un único método científico. Por eso, alguno puede ser considerado verdadero en un grupo o dentro de un esquema, pero en otro contexto puede tener un significado muy diferente. No hay una verdad que buscar, sino diferentes teorías que no pueden compararse entre ellas. Cada una va por su lado. Una norma no es mejor que otra, sino que tiene otro sentido en su paradigma. Tampoco hay un paradigma mejor que otro.
  4. Feyerabend: La ciencia no posee ninguna característica que la haga superior a otras formas de conocimientos, relacionadas con la intuición, sentimiento, etc. La ciencia se presenta como una maestra de la verdad, pero responde a determinados intereses y se mueve con esos intereses para imponerse. Se presenta como objetiva, pero responder a intereses de poder y se vuelve autoritaria desde su propio conocimiento. Según Feyerabend, todo vale y la verdad se puede alcanzar desde caminos irracionales.  O interesa encontrar un medio serio y objetivo, sino que hay que estar abierto a todo.
  5. Bachelard: Para avanzar hay que romper esquemas y que se conoce en contra de un conocimiento anterior que es un obstáculo para lo nuevo. Se genera el concepto obstáculos epistemológicos. Las ideas que bloquean otras ideas nuevas son hábitos intelectuales solidificados, con la inercia que obliga al estancamiento de las culturas, teorías científicas enseñadas como si fuesen dogmas, los dogmas ideológicos que dominan las diferentes ciencias. Superando tales obstáculos surgen las teorías que son respuestas a las preguntas más importantes. Así parece que con cada uno nace la verdad, como si cada uno partiera de 0 para conocer la verdad, como si lo que otros han enseñado fuera un límite que hay que superar y poner bajo sospecha.
  6. Se debe rechazar un conocimiento científico cerrado en sí mismo, aislado y autosuficiente. Ahora bien, si no hay una metodología que garantice el acercamiento de un conocimiento verdadero, o si hay que poner todo bajo sospecha, ¿significa eso que la ciencia no conoce las verdades? Algunos dicen que la verdad ya no interesa, sino que la ciencia solo sirve para generar innovaciones tecnológicas. Si la ciencia solo esta para producir cosas útiles, se confunde, entonces, a la ciencia con la tecnología y se da lugar a la tecnociencia. El progreso científico se vuelve relativista, ya no tiene interés en un conocimiento verdadero, sino en generar innovaciones útiles. El pensamiento como búsqueda de la verdad desparece. De esta manera, tampoco importa pensar en el uso que pueda darse de lo que produce la ciencia. En el paradigma tecnocientífico tampoco importa la ética, ya que eso no produce nuevos negocios.
Romano Guardini (Filósofo): El poder de la tecnociencia no tiene límites; se despreocupa por la destrucción que puede generar, como si el poder que da la ciencia permitiera le permitiera a uno estrujar el planeta. Los adelantos tecnológicos que nos dan más poder sobre el mundo nos llevan a creer que todo incremento de poder constituye un progreso, un aumento de seguridad, de utilidad, de bienestar, etc. como si la realidad, el bien y la verdad brotaran del mismo poder tecnológico y económico. El hombre moderno no está preparado para utilizar ese poder porque el crecimiento tecnológico no fue acompañado por un desarrollo del ser humano en cuanto a responsabilidad. La técnica quiere que nada quede fuera de su lógica y el hombre que tiene la técnica sabe que esta no se dirige ni al bienestar, ni a la utilidad, sino al dominio. Así intenta controlar los elementos de la naturaleza y de la existencia humana. Nos queda el pensamiento que busca la verdad para no convertirnos en esclavos.
Relativismo: Lo real no tiene una base permanente, sino que se basa en los vínculos que existen entre los fenómenos. Respecto al conocimiento, el relativismo sostiene que no alcanza lo absoluto: su objeto son las relaciones.
Reflexión final: El modelo ciencia que se ha impuesto es el modelo positivista, que permitió el avance de las ciencias naturales y sus aplicaciones tecnológicas para el desarrollo social. Este modelo, hoy en día, que “aseguraba” eficacia y objetividad en el avance del conocimiento, se enfrenta con que no todo se puede explicar con esos métodos. Los fenómenos sociales no pueden ser comprendidos ni resueltos con las exigencias de la metodología de las ciencias naturales.
El concepto de ciencia de la modernidad esta hoy en crisis. Se reconoce que no es el único modo de conocer la realidad, sobre todo la humana, debido a las limitaciones de sus métodos y técnicas. Además, se reconoce que toda producción de conocimiento tiene condicionamientos históricos y culturales.
Se pasó de una idea rígida y cerrada de lo que es el conocimiento científico, que no respetaba otros saberes, al vale todo donde cada uno parece tener su verdad. Esto termina dando lugar a un utilitarismo, donde no interesa la verdad ni la ética, sino la utilidad. Los científicos tienen que buscar la verdad cada uno en su propia ciencia, con una metodología seria y confiable, al mismo tiempo conocer sus límites y enriquecerse a través de las demás ciencias para buscar juntos la verdad. Cada científico debe pensar con la mayor profundidad posible para entender lo que estudia, pero no pretender que con la metodología limitada de su ciencia pueda opinar, sobre todo. Por esto el Papa Francisco dice: Los científicos que van más allá del objeto formal de su disciplina y se extralimitan con afirmaciones o conclusiones que exceden el campo de la propia ciencia.  No es la razón lo que se propone, sino una determinada ideología que cierra el camino de un dialogo autentico.
Notas al pie:
El positivismo es una corriente filosófica que afirma que todo conocimiento deriva de alguna manera de la experiencia, la cual se puede respaldar por medio del método científico. Por tanto, rechaza cualquier conocimiento previo a la experiencia.


Capítulo 3: La reflexión filosófica
¿Qué es la filosofía? Aproximación: La filosofía es amor por la sabiduría. Es una condición propia de los seres humanos, ya que todos los hombres tienen el deseo, por la naturaleza, de saber. Quiere decir que “amamos saber”, como deseamos, por ejemplo, saber los conocimientos de nuestra profesión.
El filósofo lo que ama no es solo el saber en general, sino que un tipo de saber que caracteriza a la filosofía y que se denomina sabiduría. La sabiduría se alcanza a través de un conocimiento capaz de explicitar racionalmente las causas más profundas de la realidad. Las ciencias particulares estudian las causas más inmediatas de las cosas, la filosofía busca las causas más profundas, intentando llegar a las causas últimas que explican todo. El estudio de la verdad es difícil y fácil, al mismo tiempo, ya que nadie puede alcanzar completamente la verdad, ni estar falto de ella de manera absoluta. Podemos alcanzar algo de sabiduría, pero nunca la tendremos completamente. (Aristóteles).
Los ignorantes ni filosofan ni desean hacerse sabios, pues en esto consiste el mal de la ignorancia: es tener la ilusión de ser sabio en grado suficiente. El que no se cree falto de nada no siente deseo de lo que no cree necesita. (Platón).
Solo hace filosofía el que ama, es decir, el que busca la sabiduría sabiendo que no la tiene y sabiendo que no podrá alcanzarla nunca de forma completa. Otros consideran que la filosofía es menos un saber que una vida dedicaba a la búsqueda de un determinado tipo de saber, la sabiduría. Esa búsqueda tiene como fin la realización personal y la felicidad: el afán de saber es algo natural en el hombre y su felicidad está relacionada con la sabiduría; esta le permite descubrir el sentido de su vida y actuar correctamente, en cambio, la ignorancia es fuente de desequilibrios y de errores en la conducta.
Filosofía: Búsqueda (amor) de un saber (sabiduría) del que el hombre carece, pero del que tiene necesidad para realizarse y orientarse en la vida.
No se puede aprender a filosofar mediante la adquisición de datos, mediante un ejercicio practicado metódicamente, mediante repetición y así sucesivamente. Estudiar filosofía y filosofar son cosas diferentes. Estudiar filosofía es incorporar conocimientos de una manera ordenada, cosa que puede hace un estudiante de filosofía; filosofar es para todos y presupone una búsqueda personal de la sabiduría. Esa búsqueda no se origina solo en los libros, sino en el asombro y la admiración frente a la complejidad de la realidad, o también a partir de la duda, o a raíz de experiencias de dolor o de impotencia. Estas causas llevan a filosofar también a quien no ha estudia filosofía, pero que filosofa solo por ser humano.
Heidegger: Ser humano significa ya filosofar. Filosofamos constantemente y necesariamente en cuanto existimos como hombres. Existir como hombres significa filosofar.
Jaspers: Todo ser humano es competente para filosofar. Para filosofar basta con la propia humanidad, el propio destino y la propia experiencia. Esa filosofía espontanea se utiliza para clarificar la propia experiencia, a encontrarse a uno mismo.
Ciertas preguntas como, por ejemplo, ¿para qué existe todo?, ¿por qué y para que existe el mundo?, etc. nos invitan a ir más allá de lo que podemos ver a simple vista para ir a algo más profundo, hasta el fondo de la realidad, y somos cada vez mejores filósofos. Filosofar sirve para la vida, sirve para ejercer bien una profesión, sirve para ser mejores.
La filosofía como reflexión: Supone la experiencia humana porque cuando se pregunta, por ejemplo, ¿qué es el amor?, ¿qué es la verdad?, etc. es porque tiene experiencia de todo eso, es decir, de la experiencia del amor, de la verdad, etc.
La experiencia humana está definida por una relación de mutua pertenencia entre el ser humano y el mundo. El ser humano está ligado al mundo donde hay otros seres humanos, otros seres y cosas, a su vez, el mundo está ligado al ser humano. Esa mutua pertenencia se ve en experiencia como la del amor, la felicidad, etc. donde hay otras personas involucradas conmigo. En las experiencias nunca estoy solo.
Ciencia: La experiencia es el punto de partida de la observación, pero también un aspecto a ser superado para llegar a una afirmación general y objetiva. Para ello cuantificamos, sumamos las observaciones y las expresamos a través de frases abstractas y universales.
Filosofía: La experiencia humana acompaña siempre a su reflexión, ya que en esa experiencia ocurre el encuentro entre el hombre y el mundo. Así de esa experiencia de encuentro van surgiendo nuevas perspectivas para comprender nuestro propio ser y nuestra vida. La reflexión filosófica nos lleva a buscar nuevas formas de comprendernos a nosotros mismos y al mundo. La filosofía no intenta superar a la experiencia, sino que busca elevarla a un nivel mayor de reflexión.
Reflexión: Palabra compuesta por el término flexión, que tiene que ver con doblar, y la partícula re, tiene que ver con repetir una acción. La reflexión, entonces, es como la repetición del acto de volver sobre algo, volver y volver. La reflexión filosófica sería el acto por el cual el hombre considera detenidamente, mira y vuelve a mirar sus experiencias buscando en ellas ese saber profundo que lo orienta en su vida. La persona que reflexiona siempre está implicada con el mundo y con los otros, ya que no solo se hace en la soledad y el silencio; la reflexión también se hace a través del diálogo. 
La forma de iniciar y desarrollar la reflexión filosófica, que es diálogo, es necesariamente la capacidad de escuchar. Para ser capaz de conversar es imprescindible, 1ero, saber escuchar. La capacidad de escuchar y de entrar en diálogo se puede caracterizar como la verdadera humanidad del hombre. También cuando leemos un libro con atención, tratando de comprender lo que quiere decir y dejando que broten preguntas, estamos escuchando al otro y conversando con el autor.  A través de la conversación filosófica, el ser humano se transforma, amplía su experiencia del mundo y se encuentra a si mismo con el otro.
Conversación: Deja una huella en nosotros. Lo que hace que algo sea una conversación es haber encontrado en el otro algo que no habíamos encontrado aún en nuestra experiencia del mundo. La conversación posee una fuerza transformadora. Cuando una conversación se logra, nos queda algo que nos transforma. La conversación ofrece una afinidad con la amistad. Solo en la conversación pueden encontrarse los amigos porque uno se encuentra a sí mismo en el otro y viceversa.
En esta búsqueda y en esta conversación, uno acepta que hay algunas verdades absolutas, que no cambian de un contexto a otro, que no tienen que ver con un método o con otro. Es una verdad que tenemos que reconocer, no fabricar, y que seguirá siendo verdad siempre, aunque cambien las circunstancias. Es una verdad universal, que nos trasciende. Si eso se pudiera cuestionar, si se admitieran excepciones en ciertas circunstancias, todo caería y ya no quedarían argumentos para tener una ética solida ni para fundamentar las leyes de la sociedad. Todo se vuelve relativo y la filosofía desaparece. En la filosofía uno busca la verdad y se somete a ella libremente, ni la inventa, no la fábrica, ni la adapta. Una verdad absoluta, por ejemplo, es que no hay que matar a un inocente.

Capítulo 4: Experiencia y teología
La experiencia religiosa: La teología es el estudio de la religión, pero la teología no es un resumen de doctrinas o usa serie de datos sobre la religió. Es algo más.
Hay una experiencia del ser humano que existe desde lo más antiguo hasta ahora, en todas partes de la tierra, y es la experiencia religiosa. La religión es una de las experiencias que caracterizan al hombre como ser humano y lo diferencian del resto de los animales. El ser humano ha tenido estas experiencias de lo divino, que han dado lugar a una diversidad de religiones desde formas primitivas hasta sus manifestaciones más recientes. Las religiones actuales muestran que la experiencia de lo divino es una parte ineludible del ser humano. La mayoría de las grandes personas que han hechos cambios importantes para la humanidad, han sido creyentes.  La mayoría de las personas más admiradas han tenido alguna fe.
Walter: A través de una metáfora, se nos permite ver que ignorar la experiencia religiosa o eliminarla totalmente de la formación de un profesional sería como hacerlo medio human, mutilando algo que es parte de la humanidad.
Steiner: Un humanismo sin fundamento teológico es demasiado frágil para satisfacer las necesidades humanas, para satisfacer a la razón misma.
Frankl: Reconocía el gran valor de una experiencia religiosa que permite darle a la realidad una profundidad única.
Kovadloff: La dimensión de lo teológico no es una dimensión alternativa preexiste que volvería hoy a ganar actualidad. La pregunta por el hombre es la pregunta por el misterio del hombre, es decir, por lo que el hombre tiene de inconmensurable para sí mismo.
El fundamento teológico (Steiner), esa dimensión de lo teológico (Kovadloff) no significa solo estar informados sobre temas religiosos. Es tratar de examinar con más profundidad esa dimensión que desde los inicios de la humanidad está presente como experiencia religiosa.
¿Qué es la teología?: Permite intentar comprender la cuestión de Dios, partiendo de la experiencia religiosa. La teología puede resumirse en 3 aspectos:
¦        La teología es palabra acerca de Dios: Sabemos que debemos hablar de Dios. No obstante, somos seres limitados y parece pretensioso querer hablar sobre Dios, que nos supera por todas partes. Tener que hablar y no poder hacerlo nos llevan al extremo de intentarlo una y otra vez, en espera de que Dios nos ayude en nuestra debilidad.
¦        El hablar acerca de Dios desemboca en hacerse eco de la Palabra de Dios, de lo que Dios ha expresado de distintas maneras. Dios ha hablado 1ero. La teología solo puede nacer de la atención, de la audición, u obediencia ante el Dios que habla. El teólogo recoge y repiensa la palabra que Dios nos dijo. Se debe leer y reflexionar lo dicho en la Biblia, y dejarse ayudar por lo que ha reflexionado la Iglesia.
¦        La teología es palabra dirigida a Dios: Si Dios habla al mundo, es para entrar en comunicación con nosotros; el fin de este proceso es poder hablarle mejor a Dios. La verdadera teología es la que tiene por fin la oración, el encuentro personal de cada uno con Dios.
Este saber teológico no puede desarrollarle en soledad, porque el creyente siempre se encuentra vinculado con otros seres humanos, con el mundo y con Dios. Así el saber teológico es un pensar con el otro, junto a otros; es decir, pensar en diálogo. También es un diálogo con otras ciencias. Si la teología es capaz de conversar con otras ciencias, también puede aportar algo que les ayude a comprender al ser humano y a su vida.
La vida misma se encuentra interesada en que exista una religión y una fe abiertas a la alteridad, para estar presentes en la sociedad y para suscitar una esperanza verdadera. Por la apertura a la alteridad, la esperanza cristina puede defender su derecho de hacerse oír en los debates junto a otras corrientes de pensamiento y de sensibilidad. Se trata de una búsqueda común, aprovechando los recursos que aportan unos y otros. No es bueno que el cristiano este solo.
La teología recibe luces de las otras ciencias. Eso le hace adquirir una mejor comprensión del mundo actual y de la realidad. Esto genera que hable en un lenguaje que pueda ser entendido y valorado pro la gente de hoy. Dialogando con otras ciencias y con la vida de las personas, la teología recibe preguntas que le ayudan a profundizar y explicar mejor su propia verdad. Su objetivo es reflexionar la fe dialogando con otros, para comunicar el Evangelio con un pensamiento y lenguaje relación con las cuestiones que interesan en el mundo actual.
El estudio de la teología es un diálogo entre fe, razón y cultura. Cultura aquí se entiende como la forma de vivir de la gente y su sensibilidad, las costumbres, los gustos, las manifestaciones de la sociedad. Para que el diálogo resulte posible es necesario entrar en el mundo de la cultura actual y conectar a la teología con el estudio de la carrera. El estudiante debe conectar lo que estudia en las materias teológicas con los intereses y problemas de su carrera.
El exceso de Dios: Para desarrollar la teología, hay que entrar en la dimensión del “exceso”. Deseamos comprender qué es Dios, pero no podemos encerrarlo en los estrechos límites de nuestra comprensión, porque Dios es lo que supera todo conocimiento. El deseo de saber sobre Él se concreta en un humilde vaciamiento de nuestras propias ideas, porque ¿qué es más sabio que la sabiduría de los hombres, sino la locura de Dios?; ¿qué es más fuerte que la fortaleza de los hombres sino la debilidad de Dios? Para recibir un amor tan grande, uno tiene que liberarse de sus seguridades, de su orgullo, de sus resistencias y de sus esquemas mentales.
Dios nos quiere felices, y por eso una buena teología nos ayuda a vivir mejor. La teología tiene como objetivo formar universitarios expertos en humanidad, que entiendan mejor la vida humana porque tienen otra luz, aunque no se la quieran imponer a nadie. La teología puede enriquecer la experiencia humana incluyendo en ella una experiencia teológica. El encuentro entre la cuestión humana y la Palabra de Dios se produce como experiencia espiritual.
En la experiencia religiosa de cada uno siempre hay cosas en común con los demás (cosas que ha dicho Dios en su Palabra) y por eso puede haber una reflexión en común, una teología que compartimos y desarrollamos juntos. Cada uno ha resuelto algo en su propia vida gracias a su encuentro con Dios, eso le permite ayudar a otros que pasen por una situación semejante.
La experiencia religiosa desborda a la teología, porque Dios es más grande que nuestras ideas y palabras, y la experiencia que uno tiene de Dios es algo único, es fruto de una alianza personas e irrepetible que Dios quiere hacer con cada uno. La verdad no es algo que poseemos, sino una Persona por la que tenemos que dejarnos poseer, cada uno a su manera, como Dios quiera alcanzarlo.

Capítulo 5: La integración del saber
La formación integral: La UCA propone como objetivo ofrecer una formación universitaria que sea integral, humanista y cristiana. Junto con la obtención del título universitario, ofrece a los estudiantes una formación, que, junto con la forma de pensar propia de su carrera, desarrolle un pensamiento crítico y creativo que le permite explorar dimensiones distintas a las de su carrera. Se requiere que uno esté abierto y dispuesto a la escucha y al diálogo con formas distintas de comprender. Eso es una integración de la propia ciencia con otras formas de conocer y de hablar.
Esto es muy valiosos, ya que hoy en día hay una diversificación de los saberes, lo que se convierte en una multitud de saberes separados y desparramados, sin conexión entre ellos. La especialización excesiva provoca que las disciplinas delimiten campos de investigación cada vez más estrechos, creando subdisciplinas que, a su vez, se especializan y subdividen sucesivamente. Se llega así a la formación de graduados que están encerrados en su propio sector de conocimiento y no capacitados para el dialogo con otros profesionales, ni otras formas de comprender el mundo. La fragmentación del saber afecta la vida intelectual, personal y cultura.
Dimensiones de la integración del saber: En la integración del saber se distinguen 2 dimensiones:
Q  Integración horizontal: La relación entre ciencias distintas que dialogan a partir de una temática u objeto de estudio en común, teniendo en cuenta los problemas complejos a los que se enfrentan. Tiene 2 momentos fundamentales:
R  Disciplinar: Cada disciplina o ciencia se desarrolla a fondo de acuerdo a sus métodos propios.
R  Interdisciplinario: El desarrollo del dialogo con otras disciplinas con una finalidad concreta de enriquecimiento mutuo. 
Es necesario que, desde el inicio, una ciencia este abierta al diálogo con otras, con una apertura hacia un horizonte humano más rico y más amplio.
El mayor peligro en la formación universitaria es que el estudiante empiece a creer que la única forma de comprender la realidad y el único método para alcanzar un conocimiento verdadero es el de su carrera, y entonces desvaloriza al resto de las ciencias y profesionales. Es importantísimo reconocer, desde los inicios, la importancia de la diversidad de saberes y profesiones. Un estudiante debe adquirir una formación integral que capacite para el diálogo con otras ciencias y lenguajes, porque son otras formas de comprender y de ver el mundo que permiten descubrir cosas que uno no descubre.
Se hace imprescindible que los problemas que se le presentan a cada ciencia sean encarados interdisciplinariamente; un solo enfoque no es suficiente.
Q  Integración vertical: La integración que se da en la profundidad del conocimiento, en el querer pensar a fondo al ser humano y a la propia vida en relación con los otros, con la naturaleza, con lo divino, etc. Esa integración es la que pueden realizar las ciencias con la filosofía y la teología.
Es el ejercicio de un dialogo entre las ciencias, la teología y la filosofía, que surge desde los cuestionamientos que se hacen en las propias ciencias. Ejemplo: la preocupación por entender la vida humanada que tienen la abogacía, política, etc. conducen a preocupaciones del tipo filosóficas: ¿Qué es el ser humano? ¿Para que vivimos y trabajamos?, etc. También cualquier de estás ciencias pueden tener preocupaciones teológicas: ¿Cómo ayuda la fe de una persona para alcanzar la paz interior?
Uno de los mayores peligros es formar un profesional que crea que la única manera de comprender la realidad es la de su ciencia, y no sea capaz de hacerse otras preguntas más profundas relacionadas con la vida de la gente. Eso sería perder la capacidad para pensar con más amplitud y profundidad los problemas de su ciencia. Una formación integral nos lleva a ensayar constantemente la unión entre saberes distintos frente a un mismo problema, para encontrar soluciones más completas.
Importancia de la integración del saber para los estudiantes: En la UCA hay un esfuerzo para formas excelentes profesionales, así como darles una formación integral que abarque su disciplina y otras ciencias y otros saberes como la filosofía y la teología. Esto permitirá al alumno tratar las dificultades con un pensamiento amplio, crítico y creativo.
La elección de una ciencia y una profesión es, también, la elección de un modo de vida y de una forma de ver el mundo, pero es necesario que sea una forma abierta de pensar, de vivir, de trabajar y de mirar la realidad.

Capítulo 6: Una experiencia espiritual y comunitaria para la maduración personal.
Esto es también un libro de introducción a la vida universitaria. La vida universitaria no es solo clases, lecturas, pensamiento y reflexión, sino que hay diversas cosas que van madurando al alumno:
  • El estudio en grupos.
  • El deporte.
  • Las tareas sociales.
  • La participación en retiros o en la pastoral universitaria.
  • Compartir almuerzos.
  • Asistir a conferencias abiertas o a seminarios.
Estas cosas ayudan a formarte como profesional; amplia tus perspectivas y te enseñan a convivir. Para ser buen profesional se debe ser bueno en la profesión y persona con profunda reflexión.
Hay cosas que no se aprenden en los libros y suponen una maduración personal que te va convirtiendo en una mejor persona. Eso mismo te convierte en un profesional más completo, que tiene un plus, que posee algo más que los demás sabrán valorar.
  1. Ser más: Cuando uno trata de ser mejor, el asunto no es solo hacer muchas cosas buenas. Todo eso puede ser pura apariencia. Vale más el “ser” que el “hacer”. Se deben hacer cosas buenas, pero no por compromiso, obligación, etc. Cualquier obra buena hecha con esas intenciones solo sirve para agrandar tu vacío interior.
las obras buenas te hacen crecer si realmente te parecen importantes, si crees de verdad que son buenas, si realmente te interesa el bien de los demás. Entonces no las hace para que te agradezcan o algo. Cuando ayudas a alguien porque valoras a esa persona y te interesa su felicidad eso significa que en tu interior hay algo bueno. Es muy importante cuidar tu interior.
Si no hacemos un camino de maduración personal e interior, se nos hará cada vez más difícil afrontar con paz los problemas de la vida, muchas cosas que nos daban un placer superficial nos terminaran dejándonos vacíos y sentiremos un hueco en nuestro interior. Se puede aprender a vivir mucho mejor.
Si uno ha optado por seguir siempre igual, entonces estás muerto. Solo los muertos no cambian. Lo importante es que te sientas vivo, porque sos capaz de seguir avanzando. Los seres vivos están en constante cambio y crecimiento. Si nuestra vida interior todavía está latiendo, eso nos lleva a aceptar el cambio, a buscar siempre algo más, a desear avanzar, madurar. Hay un llamado interior que te propone a buscar tu desarrollo. Si dejas que broten la ganas de ser mejor, algo nuevo nacerá en tu vida.
Mi vida será más profunda solo si amo más. Si actúas con amor, tratando de hacer las cosas como una ofrenda a Dios, eso es vivir profundamente. O si haces cada cosa con ganas, porque crees que podés ofrecer algo a los demás con tu esfuerzo, eso también es vivir profundamente.
  1. No a la ansiedad: Para aprovechar el tiempo universitario hay que reconocer que cada día vale la pena. Hay cosas que Dios te quiere ofrecer a lo largo de este día. Se debe tener un corazón abierto, la mente atenta, todo tu ser dispuesto para vivir lo que hoy te toque vivir. No todo será agradable, pero de todo aprenderás y aprovecharas algo. De todo hay una experiencia bella y profunda.
Estamos habituados a clasificar las cosas. Pero así nos equivocamos tantas veces. No podemos decir que hay un día bello u otro feo; los dos son necesarios, los 2 tienen su hermosura y misterio, los 2 nos hacen falta para madurar, para limpiarnos interiormente, para llegar a ser lo que estamos llamados a ser.
La ansiedad nos juega una mala pasada. Este es un mal propio de nuestra época. Una cosa es servir a los demás y hacer bien nuestra carrera, pero otra cosa es angustiarse y agotarse en un nerviosismo ansioso. Si nos dejamos dominar por la ansiedad, toda nuestra vida se vuelve una carrera permanente por cumplir objetivos que nos proponemos lograr, por hacer algo que todavía no hicimos. Dejamos de concentrarnos en lo que estamos viviendo ahora. Perdemos este momento y se nos va la vida sin vivirla por tener la mente adelante, fuera del presente. Preocupados por alcanzar un objetivo no vivimos lo que estamos haciendo y así nos domina una enfermedad que termina enfermándonos. Cuando nos damos cuenta de eso, podemos revertirlo, pero el camino es largo porque se necesita un cambio interior. Se trata de modificar todo un estilo de vida.
En 1er lugar, para cambiar esto, hay que hacer un cambio mental. Todos los proyectos son sanos siempre que el acento no este puesto en la meta, en el futuro, en lo que falta. El acento debe estar en la tarea misma, para vivirla con todas las ganas y aprovecharla al máximo.
En 2do lugar, se trata de ejercitar poco a poco para lograr que la mente se quede quita, que deje de vagar por tantas partes y se concentre completamente en lo que estás haciendo o disfrutando. Ahora estas aquí y esto es lo que Dios te regala, esto es lo que hay que vivir. No hay nada más satisfactorio que vivir a pleno lo que uno le toca hacer.
Esto te ayuda a perder miedo al futuro. El futuro nos hace sufrir. Esas dudas te provocan sufrimientos inútiles. La única forma de preparar el futuro es vivir bien este presente, es entregarte con todas las ganas a lo que estás haciendo ahora, porque eso te fortalece, te abre a nuevos mundos. No podrás ser fuerte en el futuro si ahora vivís a medias.
  1. No compararse ni achicarse: Otra cosa que nos hace sufrir y gastar energías inútilmente es compararnos con otros. No hay unos que valen más que otros. Hay personas distintas y todas son importantes a los ojos de Dios.
No es fácil quererse a uno mismo y dejarse querer por Dios. Estamos siempre necesitando que los otros nos valores. Si no tenemos la aprobación y el reconocimiento, no sabemos amarnos a nosotros mismos. Muchas personas se pasan toda la vida tratando de demostrarles a los demás que valen algo, que son importantes, que son capaces. Gastan inultamente sus fuerzas y su tiempo buscando la aprobación.
Viven comparándose y si ven que otros son más elogiados o queridos, se sienten poca cosa y sufren. Se entra en una loca competencia por demostrar quién es más importante, quién tiene más razón. Se produce un profundo cansancio interior y el corazón se llena de tristeza e insatisfacción.
Algunos creen que para ser felices primero tienen que ser perfectos. Eso nos pasa cuando nos olvidamos que Dios es nuestro amigo, que nos ama y por eso desea que seamos felices. Para llegar a ser felices, tenemos que recordar que somos criaturas amadas por Dios y que quiere nuestra felicidad, aunque no seamos perfectos. Dios te regaló vida para que la aproveches al máximo, no para que mortifiques por tus errores.
Tampoco te sientas menos que los demás, ni pensar que tenemos que conformarnos con poco porque no tenemos capacidad. Nadie puede obligarte a conformarte con propósitos pequeños. Estamos hechos para grandes cosas. Hay personas que cuando se sienten débiles reducen sus sueños. Se limitan todavía más y se vuelven más débiles, entonces se declaran muertas. Hay personas que cuando se sienten débiles, crean nuevas ilusiones. Se fortalecen por dentro y desarrollan fuerzas para salir adelante.
Es bueno madurar, crecer, mejorar. Es una ley de la vida misma. La vida es dinamismo, crecimiento, es cambio. Por eso nadie es feliz si se clausura, si se cierra al cambio, etc.
  1. Ser vos mismo: Se trata de dejar florecer lo mejor de tu propio ser.  Debemos dejar libres tus mejores energías, las posibilidades que llevas dentro, y caminas seguro y con esperanza. No necesitas ser más que nadie. Solo necesitamos dejar a florecer nuestro propio ser, ser lo mejor de nosotros mismo. Hay que entregar lo mejor que hay en nosotros. Entregarnos, porque nos hace bien.
Si logramos amarnos y respetarnos de esa manera, viviremos más seguros y entonces ya no sentiremos dolor por lo que digan los demás. Seremos capaz de alegrarnos con la felicidad de los otros, porque no los sentiremos como un peligro.
Para tratar de agradar a los demás, ya no sabemos quiénes somos. Somos únicos, diferentes y especiales. Nuestro propio ser interior es hermoso, pero está sepultado debajo de preocupaciones por aparentar y por ser reconocido. Tenemos derecho a ser lo que somos y a ser diferentes. Hace falta que reconozcamos todo lo que somos, sin escondernos. Cuando uno tiene un don debe desarrollarlo, debe dejarlo crecer y explayarse.
Cada uno tiene una misión y Dios no crea seres inútiles. Nos utiliza como instrumentos para aportar algo. Todos pasamos a la historia, todos somos importantes para este mundo y por eso vivimos un tiempo en esta tierra. Cada uno deja su marca en esta tierra a su manera, y es un instrumento que el Señor usa para hacer nacer algo, para estimular algo, para provocar algo, aunque los demás no lo veas.
Si aceptas eso y te entregas, estarás en paz con vos mismo y brotara la belleza interior.
No debemos pedir a los demás que aprueben todo lo que hagamos y digamos, porque no lo harán. No necesitamos la aprobación de todos. Debemos liberarnos de eso. Si los demás nos corrigen o nos invitan a cambiar, no debemos tomarlo como una agresión. Tomémoslo como un estímulo para crecer, para madurar.
 A veces, Dios utiliza a los demás para invitarte a dar un paso más en la vida, a superarte un poco más. Lo mejor es dejar que el Señor nos mires. Él no ignora nuestras debilidades y limites, pero nos ama y prefiere mirar todo lo bueno que Él mismo puso en nosotros. Él conoce todas las posibilidades que hay en nosotros y quiere hacerlas brotar. Somos lo que somos ante los ojos de Dios, porque no hay nadie como Él que conoce nuestras verdades más íntimas.
  1. Apertura y Concentración: Si nunca estamos contentos, conforme, recordemos que no existe un lugar ideal. Es un engaño. De la vida no se puede escapar de los límites y los problemas. Esto es la tierra. al paraíso solo se llega después de la muerte, no debemos pretenderlo alcanzarlo en este mundo. La felicidad es un estado interior, una manera de vivir y enfrentar las cosas. Cualquier cosa que existe es un milagro, un brote de hermosura, un reflejo de Dios.
Para estar activos y llenos de vida no hace falta ir a ninguna parte; basta con quedarse aquí, con esta tarea, en este momento. El secreto es estar siempre dispuestos a lo que la vida nos ofrezca, siempre dispuestos para lo que el Señor nos quiera proponer a través de lo que se nos presente. Así uno se vuelve capaz de enfrentar la realidad, pero sin tirantez interior, sin tensión, sin nerviosismos inútiles. Solo hay que estar aquí. Aquí y ahora hay un secreto maravilloso, si sabes mirarlo bien. Evitemos que nuestra mente se vaya a otra parte. Entrar en pleno contacto con tu vida presente, sin importar lo que sea. Aprovecha bien este instante.
Nuestro problema es que no sabemos disfrutar, porque siempre creemos que necesitamos más. Los seres humanos nos arruinamos la vida cuando acumulamos. Queremos acumular experiencias. Cuando somos felices, empezamos a pensar que podríamos ser más felices todavía y así no disfrutamos de la felicidad que tenemos. No nos conformamos con algo y queremos todo. El deseo de una felicidad perfecta no arruina las cuotas de placer que Dios nos regala cada día. Esos pequeños placeres y esas simples alegrías de cada día son reales.
Todo cambiaria si uno acepta que hay que hacer una cosa por vez, y se concentra en eso. Hay que entregarse completamente a lo que uno está haciendo, y no dejar que la mente divague en otras cosas. Si el cuerpo está haciendo algo y la mente esta en otra parte, se produce una división dañina de nuestro ser y entramos en un estado de prisa que nos desgasta. El 1ere paso para lograr este cambio es estar más atentos.
Esto es peor si estamos haciendo una tarea resintiendo por dent5ro, con una tensión defensiva. La hacemos, pero la rechazamos, nos resistimos a dedicarle tiempo porque estamos pensando en otras cosas que queremos hacer. Una tarea realizada de esa manera nos cansa mucho más de lo normal, nos quema por dentro. Si uno se entrega a esa tarea en cuerpo y alma, las tensiones se aflojan. Nunca hagamos algo con la cabeza en otra cosa. Si estamos haciendo algo, entreguémonos a esa cosa como si no existirá ninguna otra cosa en el mundo.
  1. Amplitud: Estar obsesionados con cosas puede limitarnos. Preguntémonos si no nos conviene ampliar un poco más nuestra capacidad de disfrute. Quizás podamos reconocer mejor pequeños placeres que la vida te está ofreciendo y que ahora estás dejando escapar.
Cuando estas vacío y pretendes llenarlo con algo que te obsesiona, es peor. Hay gente que necesita que te sientas así porque así te vende cosas o te domina. No seamos esclavos, rompamos esas obsesiones permanentes de consumidor. El problema de la gente es que sabe vivir la vida de solo una manera. Así se pierden muchas cosas lindas de este mundo, porque no entran en su esquema.
Podemos mirar la vida en color, o solo en blanco y negro. Podemos oír la canción del universo como si fuera un tambor o un concierto. Depende de nuestros ojos y oídos. Hay personas que ven todo de un solo color, porque no han aprendido a apreciar la variedad de tonos y matices que hay en la realidad. Podríamos descubrir en nuestra vida muchas cosas que este mundo nos está ofreciendo y que todavía no aprendimos a valorar. Podríamos detenernos en esta inmensidad de sonidos, colores, melodías, rostros y situaciones que tienen mucho para enseñar. Solo debemos de tener apretura, ampliar nuestra sensibilidad, que nuestro corazón esté dispuesto para recibir lo que la vida te ofrezca. Así, nuestra afectividad no queda atada a una única cosa.
La vida nos ofrece un poco de cada cosa, una combinación donde nada es intenso. Cuando queremos mucho de una sola cosa, nos volvemos adictos. La felicidad se arruina, la vida se enferma. Una vida sana significa un poco de todo, un tiempo para una cosa y un tiempo para otra. Hay que saber para oportunamente cuando nos estamos obsesionando. Es saludable tomar conciencia y detenernos cuando comenzamos a pedirle algo a algo o alguien un éxtasis infinito de placer. Nunca olvidemos que las cosas de la tierra no son divinas.
Nos relacionamos con las personas como si fuesen objetos que tienen que darnos todas las satisfacciones que necesitamos. Nunca vamos a encontrar en esta tierra una persona completa que sea capaz de satisfacer todas nuestras necesidades. Debemos aprender a recibir y aceptar con gratitud el pequeño afecto de las personas, aunque no tengan todas las cualidades que deseamos. Que ese amor sea imperfecto no significa que no sea real. Cada uno tiene algo para dar, pero no tiene todo, sino lo que puede dar.
La felicidad depende de nuestra amplitud de corazón. Mientras más amplitud tenga tu interior, más podrás disfrutar de la vida.
  1. No a la violencia interior: Tenemos una violencia interior que nos lleva a rechazar todo lo que no coincide con nuestros planes, lo que nos rompe los esquemas. Así vamos acumulando nerviosismo y negatividad.
Las personas felices son las que saben adaptarse a lo que les toque vivir. Si pueden resolver lo que está mal, lo hacen, y si todavía no pueden, se adaptan y tratan de aprovechar lo que está bien. Los que sobreviven no son los más inteligentes o los más capaces, sino los que saben adaptarse.
Todos los meses tendremos que soportar cosas que no nos gusten. Son más las cosas buenas que las malas. Pero cuando uno es pesimista no ve toda la realidad, solo las partes malas.
La vida está llena de obstáculo. Así es la tierra. Lo 1ero que hace falta para no enfermarse es aceptar la vida por lo que es. Lo importante es nos fruir inútilmente. Nadie de lo que nos ha sucedido es inútil. Toda ha servido para llevarnos a nuestro veredero ser, todo tiene un sentido, todo tiene su lugar. Confía en tu Dios, que no te priva de los problemas, pero es capaz de sacar algo bueno para vos en cualquier cosa que enfrentes. Ese es el misterio de la vida, que solo se aprecia con la mirada de la fe. Recordar que lo malo no es lo único que existe, que tu vida es más que eso.
  1. Diálogo y generosidad: La vida es encuentro, es un montón de relación, es compartir, es caminar junto. En la Universidad, una forma muy importante de las relaciones es el dialogo. Dialogar serenos es una cosa bella. Las personas que se aíslan se pierden este hermoso placer de encontrarnos que tenemos los humanos.
Es necesario escuchar al otro sin prisa, poniendo toda la atención y todo el corazón en ese dialogo, con un profundo interés en lo diga esa persona. Aunque lo que diga parezca una tontería, sus palabras pueden esconder algo profundo y uno siempre puede aprender de escuchar al otro.
Importante estar abierto para reconocer los intereses del otro. El tener derecho a defender lo que cree que es importante, y aunque use palabras agresivas puede estar diciendo algo que yo necesite oír. No siempre alguien que se irita es por orgullo o ignorancia. Por eso es bueno tratar de ponerse en el lugar del otro para entender lo que lo preocupa y lo que lo apasiona. El dialogo puede ser toda una aventura.
No bastan las palabras. El amor supera las peores barreras y cuando tratamos de amar logramos entendernos mejor. El otro debe dejar de ser un enemigo peligroso o un competidor, para convertirse en un compañero de camino. Si estoy seguro en mi interior, no me interesa ganar. Podemos escucharnos, aunque no estemos de acuerdo, porque escuchándonos siempre puede brotar una pequeña luz.
Si en ese diálogo tenemos que callarnos o hacer un esfuerzo para no perder la paciencia, esa entrega es algo sano y valioso. Hay más felicidad en dar que en recibir. Aunque los demás no nos den la razón, no nos feliciten, podemos vivir la alegría de dar amor en una conversación. Eso es muy importante porque Dios ama al que da con alegría.
Junto con el diálogo está el servicio, la generosidad, la capacidad de hacer cosas por los demás, para hacerlos felices, para ayudarlos a vivir mejor.