martes, 23 de mayo de 2017

Más monografías optativas


Escultismo para Filósofos

Licenciatura en Letras (1º año)
Materia: Filosofía y Antropología
Alumno: Lourdes Belén Loresi
Nro. de registro: 06-170030-3
Profesor: Padre Carlos Alfredo Taubenschlag


Escultismo para filósofos

        Dentro de la vida de un scout se aprenden muchos valores cada sábado de actividades, por cada campamento al que se asiste, por cada experiencia que se vive dentro del movimiento. Estos valores son transmitidos por medio de los dirigentes, como también por los mismos compañeros o incluso los pequeños maestros que están aprendiendo a ser como los mayores pero que siempre nos enseñan algo nuevo.  Y estos valores no sólo deben ser aplicados dentro de la vida scout, sino también deberían poder ser llevados a la vida cotidiana, al día a día.

        No sólo eso, se trata de pasar diferentes conocimientos a otros para poder aplicarlos en la vida misma, para aprender a tomar decisiones y para no darnos un golpe en la cabeza por cada cosa nueva que nos sorprenda. El escultismo ayuda de alguna u otra manera a organizarse y a poder enfrentar los obstáculos que se presentan a lo largo del tiempo. Esa es la razón por la que los jóvenes, incluso yo misma hablando desde mi experiencia personal, aprendemos en la práctica valores que nunca se olvidan como la solidaridad, el trabajo en equipo, el optimismo, el compartir, entre muchos otros que se van pasando por parte de los dirigentes a un caminante, o a un rover.

        Pero, ¿hay alguna manera de que estos valores se puedan relacionar con la antropología? Creo que sí las hay, y podríamos verlos desde diferentes puntos de vista que nos podrían llegar a dar una mejor visión acerca de aquellos relacionándolo con lo que es el hombre. Es ahí en donde me voy a centrar: en el hombre. Es así como voy a poder unificar las dos cosas, para poder entender que es verdaderamente ser hombre y como se relaciona con las virtudes de un scout.

       Para empezar, podríamos determinar que es el hombre en sí. “El hombre es un animal, primeramente; y en segundo lugar, el hombre es un animal raro de especie única. Es pues un animal y presenta todas las características del animal. (…) Es sin embargo un animal raro. El hombre tiene muchas cosas que no las hallamos en absoluto en los otros animales”[1] o bien se podría decir: “Aristóteles definió al hombre como una unidad sustancial de cuerpo y alma, y como un animal racional, político y social”[2]. Ahora bien, ¿es verdaderamente así? O quizás, ¿le falte algo a esa definición? Podría estar de acuerdo en que el hombre en definitiva es un animal, porque claramente tiene esas características que hacen que se lo incluyan en ese reino; también podría coincidir con la definición de Aristóteles, pero habría que agregar algunas cosas más.

        El hombre de por sí, como ya he mencionado, es un animal; pero podría agregarse también que el ser humano es alguien que se diferencia del resto de los animales por sus capacidades interiores, es decir, grosso modo, aquella “cosa” que de alguna manera habita dentro de nosotros y nos permite formar lo que nosotros somos: tener valores,  tener una moral, tener virtudes, ser capaz de razonar pero también tener una cierta espiritualidad interior que nos permite ir más allá y que nos profundiza a todos. El hombre es una mezcla y explosión de emociones que muchas veces no se pueden explicar, porque es parte de nuestra naturaleza.

        Quisiera destacar que como el hombre puede crear estos valores, el scout puede hacer hincapié en ellos, ya que es una base muy importante del ser humano y aprenderlos correctamente es lo que nos lleva a convertirnos en los que cada uno elige ser. “Son nuestras elecciones las que muestran lo que somos, mucho más que nuestras habilidades”[3]. Nosotros elegimos seguir esos valores y virtudes, elegimos aprender y basarnos en una ley.

        Repasemos algunos puntos de la ley scout. “El scout es generoso, cortés y solidario”. Es uno de los valores que nos enseñan cuales son una de las características del buen hombre, algo que nos diferencia una vez más de los animales. El ser generoso, solidario, no se nace, se hace, se aprende. Es por eso que ese punto es muy importante no solo en la vida de un scout, sino que también debería serlo para cualquier ser humano, para cualquier hombre. Es algo que se debería destacar, si bien muchas veces algunos eligen no seguir por ese camino y terminar divagando en un túnel en el que solo se encuentra la oscuridad y no hay valores que se destaquen. “El scout es optimista aún en las dificultades”, como dice el punto 8 de la ley; “el scout es económico, trabajador y respetuoso del bien ajeno”, punto 9; “el scout es puro y lleva una vida sana”, punto 10. Lo que yo veo y que me gustaría destacar que estos puntos se enseñan para que uno mismo pueda hacerlos propios y enseñarlos a otros.

        Pero no me quisiera detener ahí, sino que quisiera hacer una relación especial con el punto primero de la ley, que dice “el scout ama a Dios y vive plenamente su Fe” ¿Por qué? Quizás porque veo que hay algo en el hombre, que nos define aún más y se trata de la espiritualidad. La espiritualidad no sólo está conectada con la creencia en el alma y que la misma puede transcender aun después de muertos; sino esa característica de creer, de tener y depositar fe en algo divino. Ocurre que la experiencia religiosa, al igual que la técnica, es una de las más antiguas y parece haber estado presente la mayor parte del tiempo. Y esa es una manera más de diferenciar lo que es el hombre con el resto de los animales: la capacidad de vivir plenamente la fe y amar a un dios, creer en la vida aun cuando no se sabe si habrá algo después, es tener una esperanza, depositarla en uno mismo y en otros. Eso es algo que el animal no puede hacer, quizás sabe que su hora ha llegado y que su vida se está acabando, pero ser capaz de tener fe en algo aún más grande y trascendente es propio del ser humano. También es por eso que “el scout es respetuoso y hermano de todos”, porque hay muchísimas religiones diferentes en el mundo, no solo nos diferenciamos física o psicológicamente unos de otros, diferimos en nuestra manera de creer y se debe cultivar en el scout el respeto.

        La antropología que trato de presentar podría definirse como una unidad estrecha entre lo material o lo real y lo espiritual. Lo religioso y lo que es de tipo más realista no se encuentran por separado, están juntos. ¿Por qué ambos van de la mano? Creo yo que es  debido a que ni una ni la otra puede desligarse.  “La Iglesia, por su parte, aprecia el esfuerzo de la razón por alcanzar los objetivos que hagan cada vez más digna la existencia personal. Ella ve en la filosofía el camino para conocer verdades fundamentales relativas a la existencia del hombre. Al mismo tiempo, considera a la filosofía como una ayuda indispensable para profundizar la inteligencia de la fe…”[4]. De esta manera, se entiende que debe haber un balance entre ambas cosas. El hombre no es razón y religión por separado. El hombre es un todo. Debe aprender a lo largo de su vida a entenderse y a comprender el mundo que lo rodea. Por eso necesita de ambas cosas. En mi opinión, el movimiento scout propone una antropología educativa de este tipo. Un caso en particular para demostrarlo sería por medio de la confección del PPA (Plan Personal de Acción) en la etapa Rover. En el mismo se deben plasmar aquellas cuestiones que uno considere necesarias para realizar un cambio e incluso para aprender de uno mismo. Cada uno elige que completar a su propio modo y con el tiempo lo va llevando al cabo. Por medio de este, se abre una puerta para hacer una autoevaluación sobre lo que uno es, sobre la vida y sobre su propia espiritualidad.

         Para seguir adelante en la vida cotidiana, al scout se lo instruye de diferentes maneras, no solo en la formación de tipo más profunda, sino también en ámbitos más técnicos. Como ya antes la he mencionado, la experiencia técnica es algo fundamental de los hombres, ya que nos ayudan a sobrevivir. Lo sorprendente acerca de ella es que ha evolucionado muchísimo e inclusive podría llegar a decir que muchas de ellas han superado lo que el resto de los animales nunca podrían hacer. El hacerse de cada técnica, de buscar diferentes maneras de resolver un problema es algo que siempre se encontrara presente. Desde aprender a hacer un simple nudo hasta una ayudar a cocinar para todas las ramas es lo que nos sirve para ganar experiencia propia, que luego aplicaremos en la vida cotidiana. Es muy importante debido a que no solo se hace uso de las diferentes técnicas que uno pueda llegar a incorporar en sus conocimientos, además se aplican muchas veces los valores y virtudes, porque es una de las maneras que uno tiene para aprenderlas. Cito ejemplos, como es el caso de compartir una merienda con todo el grupo o con otros chicos; o si alguien se cae en el camino, ser solidario y ayudarlo, inclusive aprendiendo a trabajar en equipo para poder llevarlo entre varios; cuando uno está haciendo amarres, hay otro sosteniéndole los troncos para que no se muevan. En cada momento hay una lección que se aprende, un conocimiento nuevo, un valor, una virtud que se enseña, aun siendo de manera inconsciente. Aquel que haya dicho la frase de “cada día se aprende algo nuevo” no tiene más que pura razón.

        Esta podría ser la manera en que uno podría llegar a relacionar lo que significa ser hombre con los valores y virtudes que uno aprender al ser scout, porque es algo que no está privado de nadie, aun si las maneras de aprenderlas son distintas, cada uno debería entenderlas  y aplicarlas en su vida. El hombre tiene esa chispa dentro que se destaca del resto de los animales y hay que aprovecharla al máximo, hay que usarlos y basarnos en ellos, exprimirlos como a una naranja porque así somos nosotros, es lo que nos define y sin ellos, ¿qué somos entonces? ¿Cómo nos diferenciamos del resto?

        En conclusión, tanto la antropología filosófica como la propuesta educativa scout son muy similares. Ambas buscan un balance entre lo que es el mundo más animal, más real y lo que es el mundo de la espiritualidad y la religión. Por medio de ambas, uno aprende acerca de la vida y acerca de lo que es el hombre. Me parece que gracias a ellas es que se entiende mejor todo lo que es verdaderamente el ser humano. Cada hombre, por el solo hecho de ser persona, de ser alguien, está llamado a entender la razón por la que somos seres “raros” ya  que el hombre es capaz de reflexión, es capaz de pensar en sí mismo y entender así el sentido de su propia vida.


Bibliografía
BADEN-POWELL, ROBERT (1908), Escultismo para muchachos
BOCHENSKI, JÓSEF MARIA, El hombre (resumen), Introducción al pensamiento filosófico
SAVATER, FERNANDO, Ética para Amador
FERNÁNDEZ, VICTOR MANUEL, Introducción al pensamiento y a la vida universitaria
JUAN PABLO II, Fides Et Ratio
Fotocopia de Antropología Filosófica, 5to año bachiller, Instituto San José A-355




[1]  El Hombre (resumen), J. Bochenski, Introducción al pensamiento filosófico
[2] Fotocopia de Antropología Filosófica, 5to año bachiller, Instituto San José A-355
[3] Harry Potter y la Cámara Secreta (capítulo XVIII), J.K.Rowling
[4] Fides et Ratio, Juan Pablo II

Por el logo de la UCA

Estas monografías tienen el logo de la UCA, pero como ahora estoy "copiando y pegando", no aparece (habría que postearlo como imagen, etc.).

Pero ustedes pongan el logo en la portada del trabajo.

Otra monografía optativa

                                       Universidad Católica Argentina
                                                          Buenos Aires

Trabajo sobre “Pets” de Erica Fudge


Profesor: Dr. Carlos Alfredo  Taubenschlag

Alumno: Tomás Gorla
                 
Cátedra: Filosofía y Antropología

Institución: Pontificia Universidad Católica Argentina

Carrera: Licenciatura en Letras

19 de mayo de 2017

Pets” – Erica Fudge
La filósofa y veterinaria Erica Fudge publicó en el 2008 un libro titulado “Pets” en el cual decidió abordar la relación humano-mascota desde una perspectiva teórica.
Para la realización del libro se basó en repetir la técnica de Elizabeth Marshall Thomas, antropóloga y novelista, tanto en relatos como en experiencias. En primer lugar, suele recurrir a la imaginación porque esta le permite construir mundos ideales y tratar situaciones de la vida cotidiana, que suelen ser dolorosas. A su vez, en la relación humano-animal, la imaginación le permite al hombre apelar al antropomorfismo (transformar a las mascotas en pseudohumanos) y, por otro lado, ofrece la posibilidad de pensar en otras vidas humanas. Relacionarse comprometidamente con los otros, sean animales o personas, es esencial para alcanzar la compasión y la capacidad de cuidar de los demás. Uno logra esto mediante la imaginación: uno puede ser ese ser.
Hay personas que se  preguntan qué es la vida a través de vivir con un animal. Sin ellos, no habría tenido lugar ese proceso de repreguntar y se hubieran privado de filosofar acerca de la vida.
Como fue mencionado en la introducción de este trabajo, Erica Fudge va a adoptar una perspectiva teórica y emocional. De esta manera, las personas pueden observar cómo hay un cambio en la forma en la que ven a los animales porque también cambia la manera en la que se imaginan a lo largo del tiempo a ellos mismos. Para poder desarrollar esto con mayor claridad, la autora establece una comparación basándose en qué aspectos eran estudiados por los historiadores en el pasado con respecto a la actualidad.
En el pasado, los historiadores se basaban en las actividades llevadas a cabo por grandes hombres y podía hacerse referencia a alguna mujer. Ya en el siglo XX, ocupó cierta relevancia aquello que le había ocurrido a las diversas clases sociales y los conflictos que tenían. En esa misma época, al reconocerse limitaciones, surgieron las historias de las mujeres, las razas y la sexualidad. Recientemente, surgió un nuevo foco en relación a cómo se analiza la historia. Esta nueva perspectiva es la historia de los animales. Según estudiosos, es imposible comprender la historia humana sin entender el papel fundamental que tuvieron los animales en esa historia. Mediante esta nueva perspectiva surgen dos modificaciones: la primera, se permite la escritura de una historia más completa de la humanidad; la segunda, se reconoce, mediante la inclusión de los animales, un cambio en la sociedad, lo que permite poder desafiar qué es lo que se comprende por humanidad. Se desarticula la idea de la condición separada y superior del ser humano y con ello cambia la naturaleza de la historia misma. El hecho de incluir a los animales, conlleva un cambio de pensamiento.
En el campo de la filosofía, sucedió algo similar. Actualmente, hay filósofos que reflexionan sobre los animales. Un ejemplo notorio de esto es lo que plantea el filósofo francés Jaques Derrida: “(…) ser humano es ser racional, superior y libre de decidir y de obrar, solo puede conceptualizarse si también se coloca junto a él a un ser llamado ‘el animal’. Sin la idea de animal entendido como un ser irracional, inferior y motivado por el instinto, esta concepción del ser humano (…) no puede existir[1]. El hombre, al estar en el centro de la indagación filosófica, conlleva necesariamente al animal también. Sin comprender a los animales, el ser humano no puede comprenderse. Se puede ver planteada una relación fuerte de interdependencia: el humano necesita del animal para ser humano. El hombre exige la existencia del animal para poder concebirse.
Hay muchos pensadores, incluido el antropólogo Edmund Leach, que creen que la mascota se encuentra entre el animal salvaje y el humano. Se les sacó sus cualidades naturales de crianza y se les otorgó la docilidad y la dependencia. En palabras de Leach, la mascota es una categoría intermedia entre el hombre y el no hombre, por eso él los llama “animales hombres”. La mascota no tiene la misma potencia que los animales salvajes. “(…) al cruzar la fronteras entre lo humano y lo animal, el animal doméstico puede desempeñar un papel especial (…) relevante  en la contemplación filosófica que ponen el foco en qué significa ser humano, dónde termina lo humano y dónde comienza lo no humano.”[2]. Los seres humanos necesitan a las mascotas para poder pensar con ellas. Pensar en animales domésticos abre nuevas formas de conceptualizar el mundo y ellos les ofrecen a los filósofos nuevas formas de pensar. La mascota para el filósofo es alimento para el pensamiento. El hecho de contemplar a un animal doméstico requiere de un salto imaginativo, es decir, un salto de fe. Al  observar a la mascota los humanos pueden ver algo más sobre quién es esa persona que creen que son. Convivir con mascotas le permite a los humanos desarrollar la imaginación y la compasión.
A modo de conclusión, se puede observar que el animal vive en comunidad y esto puede permitirle al humano ver cómo el hombre se maneja en la sociedad. Al poder comprender los vínculos de los animales, le permite a los hombres comprender los vínculos y relaciones entre lo humanos. El principal problema que se puede presentar en la relación humano-mascota es el hecho de querer antropomorfizarla, es decir, querer tratarla como si fuera un humano.

A partir de lo desarrollado anteriormente, creo que se pueden relacionar algunos de los aspectos tratados con dos ejemplos concretos: con la película “A Dog Year” del director George LaVoo y con el libro “El llamado de lo salvaje” de Jack London.


A.  A Dog Year
Para poder comprender la relación con el libro de Erica Fudge hay que explicar cuál es el argumento de la película. Jon Katz es un escritor que perdió la inspiración y se enfrenta a una crisis debido a la edad por la que transcurre, que la alejó del mundo exterior. Su situación empeora tras el distanciamiento de su esposa. Un día, una perrera le envía un Border Collie que había sido maltratado. Su hija Emma y la mujer que trabaja en su casa lo ayudan a entablar un vínculo y disciplinar al perro, lo que le genera un gran sentimiento de compasión. Con el correr del tiempo, Jon y  el perro entablan un vínculo muy fuerte. De esa forma, el escritor comprende que para que un animal lo respete, antes debe respetarse, quererse y valorarse él mismo.
Esto se relaciona con el hecho que al observar a la mascota uno puede ver algo más sobre quién es esa persona que uno cree que es. Ver el comportamiento de un animal doméstico le permite a los hombres conocer también cómo ellos actúan. Al observar a una mascota le permite a los humanos replantearse filosóficamente lo que ellos piensan, sienten, etcétera.

B.  El llamado de lo salvaje
En este magnífico libro de Jack London se cuenta la historia de un perro llamado Buck, fuerte y mimado, que vive en la mansión de un juez. La fiebre del oro lleva contingentes americanos a Alaska y él se ve arrastrado hacia esa región, dejando atrás a su amo. A lo largo de esta travesía, Buck pasa por distintos dueños con los que tiene distintas relaciones (algunas más positivas y otras no tanto). Finalmente, el crecimiento y fortalecimiento de sus instintos salvajes, de sus ancestros los lobos, le permiten rehacer su vida viviendo con ellos y desarrollando sus habilidades naturales.
Este libro muestra cómo las cualidades naturales de Buck son más fuertes que las modalidades que sus distintos dueños le quieren inculcar. Esto se relaciona con el hecho de que al quitarle a las mascotas sus cualidades naturales y otorgarles la docilidad y la dependencia, se ven privados de sus verdaderas características y de sus aspectos naturales. De esta manera, el querer antropomorfizar a un animal doméstico sería ir en contra de estas cualidades naturales que les son inmanentes.   

            Personalmente, este trabajo me permitió mejorar la comprensión del tema ya que, al abarcar no sólo los contenidos sino el hecho de tener que compararlos, me ayudó a interiorizarme más acerca de las cuestiones que la autora plantea y a poder relacionar conceptos de otros libros o películas con los mencionados en la introducción de Pets de Erica Fudge. A su vez, me resultó interesante poder comprender cómo las mascotas juegan un papel importante en la comprensión de las relaciones humanas ya que resultan beneficiosas siempre que no se llegue al extremo de la antropomorfización del animal doméstico. A nivel metodológico, me resultó bastante útil debido a que pude mejorar mi capacidad sintética y me permitió recordar algunas cuestiones de ordenamiento y formalismos a la hora de entregar un trabajo

­Bibliografía:
·        FUDGE, Erica (2014) Pets. Buenos Aires: Paidós. (Introducción)



[1] FUDGE, Erica (2014) Pets. Buenos Aires: Paidós. (pág.20)
[2] FUDGE, Erica (2014) Pets. Buenos Aires: Paidós. (pág.22)

Comparto algunas monografías optativas que hiciero sus compañeros y que les pueden servir.

PONTIFICIA UNIVERSIDAD CATÓLICA ARGENTINA        
       SANTA MARÍA DE LOS BUENOS AIRES      

     Licenciatura en Letras,        
                                        
 Asignatura: Filosofía y Antropología  

Año 2017                          

M. Agostina Cavasotto,  Num. 06-170069-3
Man?
Possible definitions of man and some real consequences




Several definitions of man: Plato, St. Augustine of Hippo, Aristotle, St. Thomas Aquinas; the creation of man in the Bible; some consequences of these beliefs and their denials




 “What a piece of work is a man! How noble in reason, how infinite in faculty! In form and moving how express and admirable! In action how like an angel, in apprehension how like a god! The beauty of the world. The paragon of animals.”[1] So Hamlet described man. But, immediately afterwards, he went on to say, “And yet, to me, what is this quintessence of dust?”[2]
Man’s doubt about what man really is has found expression in the most diverse forms and ideas. Each of them, of course, gives rise to infinite consequences in the land of human actions. Any excessive emphasis on some aspects of his nature will produce some form of distortion in the conception of his function, and, as a consequence, in his actions, hopes, dreams, thoughts.
In most of the ancient world, man was simply considered a subject with no inherent rights. Greece saw him as a citizen, who was only somebody as long as he was part of a polis, hence the terror of banishment they felt. Plato considered man a spirit, a spark of divinity, imprisoned within the human body which it used. This is, of course, a non-natural state of union.[3] This conception of man was followed in ancient Greece and by St. Augustine, who nevertheless made some fundamental changes. Like Plato, he considered “the ‘body’ and ‘soul’ two substances; and man "a rational soul using a mortal and earthly body"[4]. But he was careful to note that it was only by union with the body that it constitutes the human being.”[5] Later on, Martin Luther gave this idea a radical form, which was made even more extreme by subsequent philosophers, such as Descartes, Locke, and Leibniz. This protestant and revolutionary mentality is easily observable in many areas, such as morality. According to Martin Luther, the best way to fulfill one’s mission as a human being is to trust in God, and sin on bravely. This drastic duality would have tragic consequences in the history of mankind.
On the other hand, St. Thomas Aquinas, following Aristotle, taught that man is a rational animal. “‘Man's animality is rational’; for his ‘rationality’ is certainly not something superadded to his ‘animality’.”[6] It is fundamental to note that man’s essence is one, that his nature is one. “Man is not a body plus a soul — which would make of him two individuals; but a body that is what it is (namely, a human body) by reason of its union with the soul.”[7] Aquinas clearly put forward the nature of man in his Summa Theologica, especially in Part I, Question 75, Articles 1 and 2, explaining that what we call the soul is the first principle of life[8] and the form of the body. But, being a substance which subsists in itself, it does not die with the body. The Church declared its position in several important documents, one of which stated: "Whoever shall hereafter dare to assert, maintain, or pertinaciously hold that the rational or intellectual soul is not per se and essentially the form of the human body, is to be regarded as a heretic."[9]
Man in his totality was created by God, as Genesis tells us: "So God created man in his own image, in the image of God he created him."[10] The Book of Sirach restates the idea, saying “The Lord created man of earth, and made him into his own image."[11] Both texts highlight the fact that God, by making man in his own image, gave him a spiritual, intellectual, and immortal soul, and a unique dignity.
“Then the Lord God formed man of dust from the ground, and breathed into his nostrils the breath of life; and man became a living soul.”[12] Here the text emphasizes the point that only the breath of life made man a living creature with a certain nature, and also the fact that man became “a living soul,” not a soul tragically trapped within a body, but a single fundamental unit. This can be conveniently summed up by saying that the human body is, or can be, the temple of the Holy Spirit, so underlining the substantial union between body and soul. Furthermore, the Bible calls man “a child of God” and Christ taught man to pray to “Our Father,” thus giving him a new and unspeakable dignity.
Long before Christ’s birth Aristotle thought that man’s intellectual soul might not expire with his body. The Church reaffirmed this idea, and taught that the whole of man’s soul is immortal, and will be reunited with his body after the general judgment. “What was sown is perishable, what is raised is imperishable.”[13]
So, one might describe man as an individual substance comprised of an animal body and a spiritual, immortal soul which is the form of the body and is substantially united with it. Only a complete definition will ensure that all of man’s rights are respected, and that he is free to reach and search for his complete fulfillment as a human being and a child of God.
Denying any aspect of what it means to be human necessarily brings on dire consequences. Of course, some of these effects will only be perceived by experts, but others are as terrible and as publicly-accepted as abortion and its sister evils, such as contraception and in vitro fertilization.
These practices deny the right of all human being to life, often by refusing to call the unborn baby a person. Instead, a modern philosopher and ethicist, Peter Singer has proposed a new definition of person: one who has a meaningful life, that is, one who has a good chance of fulfilling his dreams. He declared that “The notion that human life is sacred just because it is human life is medieval.”
By separating man into a body and (perhaps) a soul, moderns face a choice between fulfilling their worldly wishes and having to respect an outdated morality. It takes no genius to guess what choice most people end up taking.
Contraception is just one of an immense number of examples of practical consequences to this mentality. It violates the nature of man, who can make free choices and choose to “take into account the natural rhythms immanent in the generative functions, for the use of marriage in the infecund periods only, and in this way to regulate birth without offending [any] moral principle.”[14] Procreation, a gift which enables the spouses to cooperate with God to bring new people into existence, is treated as a disease. Contraception denies the dignity of the couple, who are using each other merely as objects of pleasure. It also belittles the dignity of the child, who becomes an object, a burden, or sometimes a right of his parents, rather than a gift from God.
To sum up, one can remember the many different definitions of himself which man has offered man throughout history. Many, by denying part of man, end up destroying the rest. Only a comprehensive view of personhood will safeguard man’s most precious rights and privileges as a creature and son of God.








Bibliography:
Shakespeare, Hamlet, Act II, Scene 2
Aveling, Francis. "Man." The Catholic Encyclopedia. Vol. 9. New York: Robert Appleton Company, 1910. 8 May 2017 .
St. Thomas Aquinas, Summa Theologica, Part I (Prima Pars) From the Complete American Edition, Translated by Fathers of the English Dominican Province, Benziger Brothers New York, seen on Project Gutenberg
Decree of Leo X, in V Lateran, Bull "Apostolici Regiminis", 1513

The Holy Bible, Revised Standard Edition, Second Catholic Edition, Ignatius Press, San Francisco, 2006,

Pope Paul VI, Encyclical Letter Humanae Vitae

St. Augustine, De Moribus, I, xxvii




[1] Shakespeare, Hamlet, Act II, Scene 2
[2] ibid
[3] Plato, Republic, Book X, 611
[4] St. Augustine, De Moribus, I, xxvii
[5]Aveling, Francis. "Man." The Catholic Encyclopedia. Vol. 9. New York: Robert Appleton        Company, 1910. 8 May 2017 .
[6] ibid
[7] ibid
[8] St. Thomas Aquinas, Summa Theologica, I, Q. 75, Art. 1 (“but it is the first principle of life, which we call the soul.”
[9]  Decree of Leo X, in V Lateran, Bull "Apostolici Regiminis", 1513
[10] The Holy Bible, Revised Standard Edition, Second Catholic Edition, Ignatius Press, San Francisco, 2006, Genesis 1:27
[11] Ibid, Sirach 17:1
[12] Ibid, Genesis 2:7
[13] Ibid, I Corinthians 15:42
[14] Pope Paul VI, Encyclical Letter Humanae Vitae, n. 16